Instinto ingobernable-.

Trabajo infatigable

es la hora de tu lucha inquebrantable

la hora decisiva de tu instinto ingobernable

necesito tu venganza inexorable

hasta el rostro lleno de viruela o heces





venganza de ritmo cardíaco

con golpes de alucinógenos

en la materia promovida

desde acentos internos

cargado de himnos acusativos.





Llego del germen planificado

la estancia se me hizo fructífera

hasta la esencia miserable

me invadió un secreto temblor

semillas renacidas o movimientos aplastados

antes de tiempo.





Necesitas de una mano

al cuello por fin domesticado

donde hallas el fin del reproche

el término o conclusión de una perfumada

estabilidad.



Confortable es pues tu vida ahora

lejos del esperma invariable

lejos de la agonizante mezcla de pintura

gotean invencibles las mojaduras del cuerpo

un tatuaje de invictos monasterios.



Aquí, aquí,

dentro, todavía más adentro:





donde señalan viejos latinajos

polvorientos caminos indubitables

o rocas frondosas que acumulan líquenes.



Y las arañas que crecen

entorno a un animal borracho

de aguas no nacidas.



©

 

Un oscuro rito se desliza abrasando entrañas. Apenas atisbos de claroscuros impregnados en la piel hecha jirones. No parece haber salida en el instinto indómito, o si...

Intimo y cargado de dureza, eso es lo que me llega con tu poema.
Un abrazo

Palmira

 

Muchas gracias Palmira, un abrazo de regreso!

 

Muy interesante me parece tu poema. Saludos, que vaya todo muy bien,.

 

Gracias LuzyAbsenta, recibe mi gratitud y mi saludo cordial-.

 

Gracias, recibe mi saludo cordial, tribuZen!

 

Muchas gracias Luz, por tu nuevo comentario y por tu prolija enumeración de elogios hacia mi humilde persona y poesía, un abrazo-.