jardin olvidado

Grises son los muros
de este jardín olvidado
blancas son las hojas
que flotan en este lago
el dolor violeta emerge de mis manos
tocando una sonata
de versos marchitados
el cadaver esta ausente
de las risas y trompetas
y mis ojos advierten
las rosas purulentas
soñando con efluvios
la carne se excita
y el vientre de María
por la divinidad se hincha
matar a los pájaros
reír con los llantos
saber el engaño
de morir caminando...

 

Hay también una inmovilidad del viajero, no obstante la ilusión de mirar lo que transcurre es necesaria para diluir la ilusión misma. Me ha gustado tu poema con esa nostalgia de paraiso, por otro lado, seas bienvenida. Un beso.