La higuera.

¿Cómo esperas sin lluvia
y con tierra envenenada,
que florezca una higuera
y dé frutos jugosos?
Si la fruta está seca
y la higuera marchita,
porque en tierra mala siembras
y la lluvia le niegas.


Pues pronto será muy tarde
para la higuera mancillada,
que carente de tu amor
agoniza y languidece.
Sufre y casi muere
falta de tu sustento,
y por su raíz contaminada
el tarde será muy pronto.


¿Qué acaso no recuerdas
la dulzura de sus frutos,
o la pulpa de los higos
que tanto te deleita?
Pues si ya no te apetece
la pulpa arenosa
de estas frutas secas,
¿de la higuera no te acuerdas?


De tu higuera,
de una higuera,
¿cuál higuera?

 

Un profundo sentimiento nos denota en este poema

Grato leerle

 

Extrapolable a otros ámbitos de la vida. Muy buen poema, cargado de significado. Felicidades!

Saludos,

Palmira