La noche

Al abrir mi mano la ciudad
se alza como un pájaro libre.

Hilos de lluvia, paraguas sin temblor,
espejos divididos que reflejan cuerpos rotos.

La noche perdió su perfume,
los ángeles habitan las sombras líquidas,
en la plaza solo hay transeúntes que nunca miran atrás,
ni un árbol, ni la orfebrería de un monumento
ni terrazas con voces de abril.

Al cerrar mi mano la ciudad ya no está,
el tiempo es ese pájaro que se ha ido,
para siempre.

 

Tu poesía con tintes urbanos es especial porque siempre hay en ella una perfecta fusión con esa otra ciudad que es el alma humana.
Siempre es agradable leerte.
Un abrazo.

 

Abracadabra! que el poeta es un pequeño dios, la poesía un conejo blanco, la jaula se a transformado en pájaro, abre y cierra tu mano poeta que el tiempo no espera y el mundo necesita tu magia.

 

Bello poema con tinte de la sombras y seguramente todo gira en la voluntad de esas manos que definen y están a merced del tiempo , grata pasar por tus deseos Penabad57 saludos cordiales

 

Todo este poema es maravilloso, pero ese final es la guinda. La ciudad desaparece cuando dejas de vivirla y el tiempo que no se vive desaparece como un pájaro para siempre.
Gracias por tu bella aportación. Saludos cordiales.