Mujer

Amada mia,
deja que la lirica nostalgia de la vida
se bañe en el manantial de tu mirada.

Que mi olfato desflore,
bajo todas las constelaciones
y bajo todas sus estrellas,
el aroma inquieto de tus senos.

Yo te amo, mujer,
porque recibiste -cual la tierra que es hembra-
la calida simiente que da vida
y que en su pujanza uberrima
estallo como la primavera.

Tu cuerpo sensitivo,
embriagado de plenitud genesica,
absorbio los impetus de mi carne de macho.

Por eso yo te adoro,
amada mia,
por eso yo te llevo en mi recuerdo,
desde el aura del tiempo
de los tiempos
y a traves de la noche
de los siglos.

La noche y las estrellas
conjuraron
con el amor y la ambrosia,
y yo bendije el exorcismo de aquella noche tibia,
la luz de sus estrellas,
y la placidez del alba que siguio a aquella noche,
y que denuncio el pecado sublime
de tu carne y la mia.



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disculpen la falta de acentos, este teclado no me permite ponerlos.

 

Bellísimo canto a esa mujer amada que todos llevamos dentro. Me parece un excelente trabajo, armonioso y con un ritmo excelente. Mis felicitaciones y estrellas. Un abrazo.

 

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Como siempre Seba, desde mi más sincera y humilde apreciación, el modo de referirte a las cosas cotidianas me llena de admiración; en este caso, a la mujer amada, yo creo que a veces, el decirle a los colores colores es el signo más elocuente del amor pleno. ¡Loas a la muchacha que te embriaga de plenitud genesica!