Mujer

Mujer sin alma de ojos penetrantes

me seducen y envuelven,

llevándome a un mar

de olas desesperanzadas.


Me atrapa y me asfixia con su cuerpo

de serpiente.

Un abrazo mortal me contiene como

una telaraña a su presa

y me invita a besarla.

Su piel se deshace en mis manos, mutando una

y otra vez.


Su lengua reptil se introduce

por mi boca hasta llegar a mi alma.

La destruye y la arroja al fondo

del mar junto a otras víctimas.


Ya no tengo fuerzas para escapar

y me abandono a mi suerte.

Mi frágil respiración abandona mi cuerpo

con una última mirada a esos ojos ofidios

que gozan por su nueva hazaña.

 

Genial poema... esa reptil te acabó mi amigo, jajaja... Un abrazo fraterno.