Nunca

Cada palabra, cada suspiro improvisado, cada caricia, cada mirada,
ella se lo creyó. Lo administró en el archivo oculto de su cuerpo, entre los desvarios y las falsas promesas.
Guadó bajo llave cada instante, cada noche enlazada en su cuerpo, cada segundo, los inhaló, se hizo adicta a su consuelo, se cobijó en sus brazos, anidó timida y drogada en el ala infecta que él le ofrecía.

Sobrevoló la realidad y los sueños abrazada a su torso, susurrando pesdillas a su oído, alejándose del mundo, calibrándose a si misma en sus manos, devorando cada lágrima.
Vigiló despierta y dormida su cuerpo desnudo, su espalda enroscada, se sintió vigía de sus penas y guardiana de sus días, se creció pensando en un futuro demasiado incierto, demasiado irreal.

Nunca sabremos qué pensó él, en qué contexto la abrazo, la hizo suya, la convirtió en devota de su vida, en testigo de sus pasos, en qué pensaba cuando la bezaba, a quién evocaba de noche, porque no la miraba a los ojos, ni como pudo olvidarla y guardarla, también, bajo llave en un paraje demasaido oscuro, demasiado angosto.

Nunca sabremos que sintió ella mientras huía, mientras partía con tantas lágrimas en su maleta como en sus ojos, en qué pensaba mientras cruzaba el umbral por última vez, de que se vengaba en sus incontables noches de desenfreno...nunca lo sabremos.

Una historia confundida entre el trajín eterno y continuo del mundo, una insignificancia camuflada, un final cautivo, exhausto, ingrato...
Nunca sabremos donde estaran, con quién ni como, si pensaran uno en el otro, si lloraran por lo que no fue, si recordaran si quiera los detalles que los precipitaron a distintos caminos, dejando el sendero mutuo desierto...

Nunca se sabrá. Nunca dijeron nada.

 

A veces es mejor marcharse mudos que dejar escapar al viento palabras de silencio. Saludos y estrellas.