Purulentos perfumados

Latidos inciertos yacen en el cuerpo,
intimidad marchita, hosco corazón.
Esferas desvanecidas, espejo empañado.
La bruma se alimenta de la soledad.
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Alegrías moribundas penetran el alma,
famélicos pudores esclavizan la moral,
respiros hipócritas nefandos suspiros,
trágicas manías devastan la esperanza.
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Ángeles caídos en el umbral del averno,
sombras ásperas, monstruos siniestros.
Túmulos aromáticos para pútridas almas,
el fúnebre camino sorprende al viajero.
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Sedientos y ufanos abismos, lisonjean,
a los discípulos de la doctrina del cielo.
Falsías oraciones de risibles mortales,
en las sinagogas adoran al Santísimo
y a las afueras, a Belcebú, ¡sonríen!

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MAGNIFICO! es una delicia leer poemas como los suyos, refrescante
abrazos regios