Reflexión 85

Adoramos la incongruencia de la absurdez,
nos mudamos de piel,
como las estrellas mudan de luz,

creemos en toda ilusión prometedora,

creemos en la humanidad,
que al igual que todo dios,
también cae,
cuando caiga todo cimiento,
no habrá retorno,

bailamos con nuestro sufrimiento,
un paso en falso
y nos tragará la desesperación,
muchos viven en la mente
de la muerte,

si supieran que si hay dios,
hay más enfermedad causal,
porque todo poder corrompe,
y si hay un poder más inmenso,
hay un vacío más poderoso,

en el centro de todo lo creado,
habita un núcleo, que es infinito,
entre energías inmensas,
reside una luz que quiebra leyes,

engendra su poder
nuevos cauces de entendimiento,

lumínicos pesares,
cultivan nuevos multiversos
en base a ennegrecidos espacios
que en un futuro serán gélida soledad,

se confirma
que todo final es incertidumbre,
porque siempre
todo inicio es posible,
porque si sufrimos,
casi todo es posible,

se asienta el deber,
en las manos de un demiurgo quebrado,

el silencio no es poder,
el silencio es muerte,
el mayor poder es la escritura,
todo pensamiento es vida,

y cuando se deje de pensar,
cuando se deje de escribir,
cuando se deje de expresar,

todo inicio será final,

todo final
será pausa eterna,
será eternidad que ha de perderse,

en un olvido indescriptible.

 

El poema nos conduce por un laberinto de contradicciones humanas, donde la ilusión, el sufrimiento y la búsqueda de sentido se entrelazan con la duda sobre el poder, la divinidad y el destino final de todo. En medio de una danza con el dolor y la desesperación, se plantea que el verdadero poder no reside en la fuerza ni en el silencio, sino en el pensamiento y en la palabra escrita. Es un grito contra la resignación, una afirmación de que, mientras pensemos y expresemos, aún hay posibilidad, aún hay vida. Pero también es una advertencia: si dejamos de crear, de cuestionar, de escribir, caeremos en una eternidad vacía, donde todo principio se disuelve en el olvido. La conclusión es clara: nuestra existencia solo tiene sentido si seguimos nombrando el mundo, resistiendo el silencio, y sembrando luz en medio de lo incierto.

Saludos cordiales