Susana

Mis hermanas mayores manipulaban la ouija esa noche.
Yo, más niño, las miraba perplejo y con temor reverencial.
Maliciosas, dijeron adivinar el nombre de quien sería en un futuro mi esposa: la tabla dijo Ana.
Mi Ana se llamó Susana: ella 16, yo 20; mis hermanas inconscientemente celosas nos exiliaron a una granja de mi padre a las afueras de la ciudad.
Hay una mujer para cada hombre y aprendimos a ser uno del otro. Cuántas veces lloramos juntos después de hacer el amor y cuántas veces nos perdonamos llorando también.
Cómo ha pasado el tiempo le digo al espejo llorando todavía. Todavía no alcanzo a mi Susana.

 

... me hace pensar en un enfrentamiento en lo que nos "depara" la vida y en lo que buscamos, cuando la realidad nos hace que seamos una entrega continua a la propia vida... no sé, muy rápida... le daré más vueltas, jeje Me encantó el micro, muchas gracias Arkhazul

Un abrazo

 

Gracias Rosaela, sí, tiene pausas, ese silencio es el verdadero narrador, escribe para los que han tenido la dulce experiencia, laguna azul (jajajajaja..) no es nada comparado a la verdad que tiene mucho de terrible. Un abrazo.

 

Hace muchos años, mis hermanas y yo jugábamos con la ouija, y bromeando le preguntamos el nombre de la que se convertiría en mujer de nuestro único hermano. La tabla dijo... Diana. Esto es tan real, que al comenzar la lectura de tu relato he estado viviendo un 'dèja vu'. Tampoco la afortunada se llamó así, pero parece que al tablero de los muertos le gusta la terminación ...ana.
Al final, Arkha, no estamos destinados a nada ni a nadie. Cada cual lleva la cruz o la deja (eso espero...)
Un abrazo, niño azul.

 

Ya la alcanzarás! seguro que ella también se mira en el espejo hoy.
Me gusta tu manera de contar, lleva a querer saber que pasa luego.
Un abracito y estrellas!