Triste Valentín

Mientras que la gente manosea las vitrinas,
el pensar de la reserva desde un restaurant,
un resort, un crucero. Hasta la compra de
un sencillo obsequio.
Veo mientras tanto, veo miríadas de gente
nadar en un consumismo absurdo y sin
sentido alguno.
Me entristece a mi, que lejos a mi amada tengo,
y visa para el país cadavérico, no me toca
ni siquiera el turno, ni siquiera tramitarlo
por propia mano, atado de cabo rabo por
mi longevidad y mi buena salud, al menos
física. Que amargo consuelo es para mi.

Un Valentín más triste, un Valentín más sin ti
sin única y dulce amada... Sin esa sensación de
dulzura, que cambié por un fría mojonada de tierra
que es barrera entre tú y yo.

No sé que diablos hice, en que ofendí o falté
para que tu presencia me faltase en la vida, te
arrancaron de mis brazos, tú directo al paraíso
y yo cual Sísifo cargando mi desgracia a cuestas
todo el maldito tiempo transcurrido.
Otro triste Valentín, mientras que una "empoderada"
se queja de un peluche, y de paso su séquito de
"divinas borregas" ríen de la humildad del regalo,
no puedo mis labios coser y profiero amargo:
¡Cállate de una vez! ¡No te maldigas a ti misma!
No escupas con tu soberbia, quizá lo único
verdadero que te quede, gracias a la misma.
No te obligo a decirle sí, pero las humillaciones
ahórratelas.
Dándole el pésame al muchacho, por que una parte
de él murió, si la decepción de endiosar, me retiro
confuso. Pensando que solo deseo ver a mi amada
y un fiero guardián, ese Cerbero demoníaco no me
deja verla, otros pensando en como su complejo
de Narciso alimentar.
En fin que "viva el espíritu del amor", que viva
"San Valentín" otro amargo y triste Valentín.
Kairos

 

Es difícil estar lejos del ser amado, pero mientras tengamos vida, tenemos esperanza. Buen escrito. Saludos.

 

Si, estimado poeta, lo lamentable es que para tenerla nuevamente entre mis brazos, yo debo morir primero.... ya desde hace 20 años, vivo esta realidad.
El dolor de su partida ni el más bello cuerpo, ni la actitud más tierna.... Pueden opacar ese amargo y triste aguijón.
Saludos y bendiciones
Kairos 42