XXII

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A qué se debe tu llanto,


De dónde nace tu pena,


Qué silencia tu canto,


Y tu alma condena.




¿Porqué lloras mi vida?


Si para hechar rocío


tus ojos no son flor.


Seca tus lágrimas querida,


Que no hay río que merezca


Ser afluente de tu amor.




Deja ese lamento en el pasado,


Olvidalo, camina a mi lado.


Te ayudaré a recuperar la sinfonía.


Me encargaré de que tu boca sonría.


Y haré que tu alma, junto con la mía,


Hagan de nuestro amor; una alegoría.



20 de Marzo del 2011.​