Ya ya...

¿Qué?

¿Qué mi niñito adorado?

¿Qué pasa mi gurisito churro,
mi gurisito amado?

Ah….

Tené cuidado con tus manos,
su corazón es ahora aún más delicado…

Tené cuidado con sus patitas
y tenelo también con sus alas​

Cayendo de tu nido
Pajarito… pajarito…
¡mi hermoso pajarito!
tu sangre fue lastimada
-te voy a llevar siempre conmigo
y para celebrarte va a cantar libre mi alma-​

Oh...
mi niño bien amado

¡Cuánto siento en el pecho
tu cara tan larga!
tan larga…
​

[(…¡desespero!...)]

(…alma mía, ten calma…)​

No fregues tus ojos,
cuidá los ojitos,
cerralos un poquito,

dejá que corran las lágrimas,

Ya va a pasar...
ya pasará
​

 

Segurito se queda dormidito acurrucado entre tus tiernas líneas
Besotes padme preciosa!

 

Cuanto cariño en tan pocas lineas miamiga

 

QUE TIERNO JEJEJ.uN ABRAZO

 

Simpaticos y tiernos versos me han gustado mucho, estrellas para ti.

 

Alguna vez, hace muchos años, viví esa tristeza de manos asesinas, de inocencia que no sabía de violencia sino de juego. Por suerte fue la última vez. Entonces aprendí la mejor lección de vida.
Hermosa, cruda y tierna al mismo tiempo. Historia excelente, presentación magnífica.

Un abrazo.

 

Hola, un himno de ternura, se siente tu alma entregando versos dulces, tus manos acariciando el rostro. Muy, muy bello Padme! Una flor y felicidades, ojalá vengan muchos poemas más. Se disfruta por entero, nos haces ir a ese lugar de infancia, a ese lugar en el corazón esperanzado y soñador.

 

Que grato leerte esta tarde amiga, he disfrutado mucho tu poema.

Recibe un beso