16 primaveras

16 PRIMAVERAS

Al ver la corriente del rió de mi vida,
Recorrer zigzagueante por el valle de la situación,
Me asustan los rápidos y las fuertes caídas
Y me llenan de vida un remanso de amor.

Detengo mi marcha y observo en las aguas
Brotar la alegría, la esperanza, la ilusión;
El prado es hermoso, el vergel es setiembre
El numen de todo es la hija de mi corazón.

Al tenerte en mi la vida me das alegría,
Inspirando mi tiempo con fragmentos del Edén,
U día a tu lado es un bálsamo pujante
Que aviva mi cuerpo el caudal recorrer.

Mi mente escasa se pierde en los días,
Dieciséis setiembres a tu lado recorrí.
Lágrimas, sonrisas y luego tus triunfos
Hicieron mis días una razón de vivir.

Mi río avanza por en medio del mundo
Aumenta el caudal tu afluente sonrisa,
Con miradas tiernas entibias mi marcha,
Tu voz, el sonido de mi cause profundo.

Que nunca se opaque la luz de tus ojos
Tu rostro sonriente que me alegre siempre
Eres de mis ojos la niña, mi dulce princesa.
Mi alma, mi vida, mi propia naturaleza.

Vendrán más setiembres, tal vez no me encuentre;
Mis aguas discurran en el frió océano de la muerte
Que tu marcha entonces sea feliz en tu río,
Que riegue praderas, que acoja vida,
Que seas mi alegría, y mi vida después de la muerte.

 

Un poema demasiado personal, para mi gusto.
Podrías dedicárselo a muchas otras damiselas.
Porque no todas son hijas tuyas, pero sí lo merecen: Tu aplauso.