Año Viejo

No son tus manos lo que guardo entre la mías
sino el calor que en los dedos me has dejado
como un tatuaje tibio e indeleble
acariciándome la piel, acompañando mis pasos.

Son tus ojos clavados en el alma
que guían mis sueños como un faro
es tu voz, tu aroma, tu presencia
el amor que anhelo, la ilusión que amparo,
este año maravilloso que me deja
tu nombre siempre a flor de labios,
la alegría de tu hija, su sonrisa,
el milagro de que existas y encontrarnos,
el hogar que me regalaste tantos días,
la ternura de tus besos y tus brazos.

Nota: escrito un 01 de Enero de 2020, temprano en la madrugada, cuando para ella era aún 2019.

 

Muchas gracias por la amable bienvenida. Soy nuevo en este sitio, y me sorprende mucho su calidad. Saludos!