Ceguera

Ceguera

Noche de luna llena
de secretas confesiones.

Noche serena,
apropiada para entonar
tenues melodías que invitan
al descenso de almas
convocadas por los cánticos
del ciego.

De aquél que conoce
tu alma con sólo
aspirar tu esencia.

Él sabe tu destino,
no existen secretos
que sus ojos no descifren,
pues lee todos ellos
en el tono de la voz.

Él nació para ver,
pero fue cegado
por su certera visión del futuro,
firmó con sangre lo que el ángel
oscuro a sus oídos susurro:
“Conocerás el destino, sabrás ver
aquello vedado a ojos humanos”.

Pero al contemplarse a sí mismo
en el espejo de la noche,
creyó enloquecer ante la visión
de un mundo sin luz y para evitar la sinrazón,
imitando a un rey bastardo,
arrancó sus ojos para así ver mejor.

Ahora vaga huyendo
del cruel conocimiento
que lo atormenta:

Saberse humano,
efímero e imperfecto.

Saberse eterno, constante
y mortal.

Saberse irracional, pasional
y muerto.

Ven, acerca tu oído,
toma su mano,
déjate guiar a donde
ojos mortales jamás osaron posarse.

“No busques en la luz
lo que solo la oscuridad
ha de otorgar”.

“¿Alguna vez has cuestionado
ese orden que llamas realidad?”

“¿No percibes en él cierta falsedad
artificial?”

“Deja ya de maldecir al Dios que
lego Jesús.
Enfila tu rumbo hacia
el nuevo amanecer,
en vez de violar 10 mandamientos,
mejor sería hacer del odio motor
de tu existir.”

“Que no te engañe Lucifer,
él aunque no lo acepte,
añora regresar a la gloria divina.
Sus lágrimas avivan la melancolía
que lo asiste desde su caída.”

“Si buscas compañía, solo el extraño
puede ayudarte.
Él conoce el laberinto,
él sabe interpretar los signos
que adornan sus paredes.

Solo él, que ha muerto
una y mil muertes,
puede guiarte a través de las palabras
invocadas por el oráculo,
voz y emisario de oscuras
deidades que habitan en tu noche.

 

Necros, en la ceguera de todos, pudiste ver y guiarnos...

Sin tanto preámbulo así fue. La palabra excelente a este poema, le queda muy chica.

Saludos,

 

El extraño es un tema recurrente en mis escritos, no solo en mis poemas sino en prosa, al final es el único que pudo guiarme en la larga noche

Besos al vacío