Como esperando-.

No supiste vivir sino

en la fiebre de ti mismo,

o en la de otros. Como

en la fragua de Vulcano

velazqueña, el fuego aún

quema tus párpados, tras

el impacto de un sol como

dibujado. Tatuada está tu frente,

de soles y viñedos interminables,

de vinos escurridizos

que añadían a tu vida, la vida

de la tierra. En ti el amor imperdonable

hacia las letras, buscó

alternativas de medrar y de realizarse.

Y fuiste buscando, tú también,

amores y sangre en las venas.

En la tierra, frecuentemente

tan de ellos llena, escogiste

tu refugio entre la maleza.

Viviste, fue tuyo por instantes,

el corazón voluble de la vida.

Ahora ya, descompasado, andas

cabizbajo y humilde, con alas desplegadas

hacia ninguna parte; todavía,

como esperando-.



©

 

Yo digo que en la vida también aprendemos a esperar.
A esperar se aprende cuando elegimos la estación adecuada.
Toda espera implica un gran alivio interno.
Tus poesías son altamente profundas, requieren el acto de leer y releer y hacen pensar y eso es muy bueno, amigo.
Te dejo un abrazo y mi admiración.

 

No lo sé, querida amiga, sin son realmente profundas como mencionas, al menos intento transmitir una especie de legado personal sobre mis experiencias y sobre las experiencias ajenas que, por lo cercano, también son mías de algún modo. Celebro que te guste, Cecilya, un fuerte abrazo!!

 

Nunca decepciona tu poesía BEN en cualquier género en el que escribas, es un placer leer tus letras y que otras (os) lo hagan porque merecen la pena

Abrazos de brisa en la distancia

 

Muchas gracias Guadalupe. Te veo bien acompañada, cosa que me alegra! Un abrazo amiga!!