Las palabras

Yo se que no se puede callar,
aunque las palabras se queden atascadas en un sorbo de lagrimas,
yo se que no se les puede tragar,
porque aparecen en cada sabana, en la noche,
tan frescas, recordando su paradero,
regañándote el olvido.
Si se pudiera apartar ese mal trago,
no habría muerte en el alma de esos vagos,
los que cuentan historias añejas de palabras encerradas,
ahogadas en alcohol y cigarros...no se puede encerrar,
aquella verdad que nos consume,
porque nos persigue hasta el borde
y nos obliga a saltar por la borda de nuestras emociones.
La locura nos visita en la penumbra,
con la cara vendada en arrugas,
nos saca cada silaba enroscada en pensamientos;
con la muerte se arrebata el sufrimiento,
toda la vida intentando tragar las palabras,
esas que nos hacen borrar el presente,
que nos amargan el alma,
nos encontraran por siempre.


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