Los vagabundos.

Los vagabundos.
(Memorias de la piel ajenamente nuestra)

Nos tocó, a vos y a mí,
ser los vagabundos de este mundo.
(Fragmento roto de cristal y campo,
suspiro, respiro, corazón en alboroto.)
Y es que nada es eterno y se sabe,
más el humano juega, siempre…
A ir absurdamente contra corriente,
incluso cuando sabe que será,
de la derrota, el gran culpable.
Te perdono entonces por la mentira,
por el engaño de jurarme amor eterno
cuando tiernamente tu sabías…
¡estabas jugando simplemente un juego!
Y es que la culpa nunca fue tuya, sino mía…
Por haber amado cada caricia y cada beso.
(Cada embriagante vaivén y roce…
de nuestras manos, surcando el universo.)
Y nos toca entonces en este día…
Separadamente juntos afrontar la vida,
¡O juntamente separados!
¡¿Qué sé yo?!, (no me hagas caso…)
si en esta soledad, aún me habitas.
Habría querido quizás negar tu último gesto,
el último tacto de tus manos por mi espalda,
el último beso de tus labios en mi sexo,
el último embiste de tu lengua por mi ombligo.
Y sin embargo siempre fue imposible,
pues mi cuerpo reaccionaba al tuyo sin saberlo.
¡A cada guiño y cada gesto!,
a cada ademán de tu brazo sujetando mi cadera,
a cada pliegue y movimiento de tu lengua…
Susurrando mi nombre en algún motel vacío.
Cuantos recuerdos no se olvidan ni se queman
cuando se llevan bordados en la piel y el pecho,
y es que tú eras todo lo que yo quería,
aunque para vos, yo fuese solamente un juego.
Y sin embargo tontamente le sonrío
a la promesa rota y por tus labios dicha,
pues en este mundo roto, muerto…
Yo aún deseo (contigo) un “para siempre”
aunque de tu boca salga solamente una mentira.
Nos tocó ser, sin más, a vos y a mí,
los últimos vagabundos de esta vida.
​

 

Hermosas letras, Poeta. Salud desde la madrugada venezolana. Llueve suavemente en Día de Reyes...

 

Somos carne y espíritu.
La carne se afecta por costumbres...
El espíritu por los anhelos.

Gracias por tu generosidad al compartir tus letras.

 

Ana, pudiera escribir basada en tu texto
Como vagabundos que mendigan calmar ansias,
hay una fatiga, el hambre pulula en el aire
y no es concluyente la sed;
los caminos se bifurcan.
Tal vez no sabemos redactar sobre el rostro
y el cuerpo lo que queremos que lean
con el tacto, con los silencios
sobre el húmedo tapiz donde
sudan su narcótico las amapolas.
¿Hay un braille improvisado
o el otro ha perdido los sentidos?
Los caminos de la carne solo nos hacen más fuertes
los senderos del espíritu más limpios;
ciegas son las resoluciones mirando
desde una rendija a medianoche.

 

El machacante gusto a poco de un adiós prematuro.
Un saludo, Ana.

 

imágenes sensuales y la contradicción entre el deseo y la decepción
la lucha interna por olvidar lo que se quiere, pero que sigue presente en el cuerpo y el alma

 

muy pensado eso
muy preparado
con ganas extras
de que algo salga.

lo más entre tu y yo
es vivir una pelota
no hagas caso
a esos que nos miran.

 

Muchas gracias, me alegra saber que mis versos han sido de tu agrado. Saludos

 

Muchas gracias por tus palabras, César, es un gusto encontrarte por mis letras. Te mando un saludo desde mex, en una noche tranquila desde casa.

 

Me gusta el pensamiento que dejaste, la carne se afecta por costumbres... cierto. Saludos Dragon, gracias a ti por leerme.

 

Está muy lindo el poema.
Habla de un tema tan presente, repetido, humano. O tal vez propio del hombre.
Me parece que ya lo había leído y no lo comenté por algo que me ocupó con urgencia.
Muy agradable lectura.