Odio Vacío

Entre sombras de traición y dolor,

se alza mi voz en la penumbra,

donde la venganza se funde con el odio

y el vacío retumba en cada latido.


Me vaciaron,

dejando un eco de ruina en la vida

de aquellos que jamás ofrecieron abrigo

ni sostuvieron mi caída,

y aun así, solo siento el hueco

de un alma herida.


Ellos me transformaron,

rompieron el espejo de mi esencia;

ya no soy el mismo que se perdía

entre el ruido de promesas rotas.

Rechazado, perseguido,

caminé por veredas de desprecio,

odiando la falsedad

de quienes fingían ser luz.


Pero en medio del caos,

como un hombre carismático

forjado en la fragua del sufrimiento,

sobreviví al mundo cruel

con una mente sádica, adicta a estímulos

que desnudaron mi ser hasta la médula.


Al final, comprendí:

la venganza y el odio fueron mis sombras,

compañeros inseparables en esta danza

de dolor y resurrección.

Hoy, entre la oscuridad y el eco de mi pasado,

encuentro mi verdad en el cruce

de cicatrices y esperanzas rotas.


Cada herida es un verso

en este poema magistral,

donde la soledad se viste de rebelión

y la transformación se escribe

con tinta de duelo y renacimiento.

 

Lo único bueno del odio es que no dura para siempre. Un saludo, Fullman.