Sin ecos.

Me invades tristeza y me agotas.
La voz se me escurre en racimos de lágrimas.
El día me oculta su luz milagrosa
y todo está oscuro y silencio, sin aves.
La lengua se tuerce y su canto perece.
La voz del pasado se atrofia y recula
y no hallo resquicio que apoye mi pena.
Me saben amargas las voces del tiempo.
La vida se quiebra y el rostro refleja
la piel de los años, tan seca, tan magra.
Espejo sin brillos, sin voces, sin ecos.​

 

Esa tristeza desaparecerá con otra racha de aire puro.
Un beso, Luciana.

 

Una belleza de poema, Luciana! Lo he leído y releído, y me he quedado absorta en cada verso; lo he meditado y saboreado... Muchas gracias por compartirlo!

 

conmovedor, transmite un desgaste profundo,
"Me saben amargas las voces del tiempo."
como si el pasado mismo doliera

Un abrazo sincero.

 

Gracias Sergio, por hacerme ver en otra dirección de mejores imágenes, me alegra. Un beso.

 

Gracias Alde, tus buenos deseos ayudan mucho. Un abrazo.

 

MarcosR, muchas gracias por tu generosa apreciación del poema. Un abrazo.

 

Zulma, poeta, gracias por dedicar tu tiempo a leer y comentar, eres gran amiga. Un abrazo.

 

Estimado poeta, son solo estados momentáneos del ánimo que provocan la escritura. Gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Se puede sentir realmente. Muchas gracias.

 

Transmites una tristeza profunda y abrumadora, con ese silencio que va borrando la identidad y la vitalidad, con ese rostro desgastandose, perdiendo la conexión interna.
Muy hermoso.
Un abrazo cordial.