Vivencia

Entonces apareces.
Todas las aves cantan.
Mi sangre se estremece.

¡Y mis padres que viven!
¡Y la espiga es dorada!
¡Y tú, que me sonríes!

¡Esto sí, que es la dicha!,
me digo complacido
de la vivencia mía.

La primavera pasa.
También pasa el verano.
La espiga es acopiada.

Agónica, ya mustia,
la sombra del otoño,
crujiente me susurra:

‘Aprovisiona “hormiga”,
previendo la invernada,
vivencia cual espiga’.



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Me gusta este decir tan positivo. Levanta corazones.
La verdad es que contagia y eso es bueno.
Me gusta mucho la última estrofa.
Previsor el hombre, como deberíamos ser todos.
Saludos, Juan Oriental.
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Así es, Elisalle, un pequeño manifiesto de las bondades efímeras de la vida; que es conveniente acopiar como cálidas semillas de alegría para caldear un tanto nuestro invierno inexorable.
Saludos Eli.

 

Profundos y bellos versos amigo...un gusto leerte siempre...
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Muchas gracias, Darkness, por tu siempre atento comentario.
Abrazo cariñoso.

 

Todo alabanza, sonrisas de vida. Encantadoras letras, Juan Oriental. Te felicito. Saludos

 

Muchas gracias, Sarad, muy bien interpretado por ti el motivo vivencial de este poema.
Saludos.