Virus aéreos. Gel antibacterial, ¡ay!, salva mi alma.
Mi tapabocas: defensa írrita ante el virus letal.
Encerrona agria: me mata más el tedio que el mismo virus.
Miedo al contagio. Miedo a todo contacto: cruel cuarentena.
Una semana. Cuarentena global. Adiós, esmog...
Ajena al tiempo, ligera fluyes, arena, en la clepsidra.
Umbría capilla. Brilla un pétalo de llama en cada cirio.
¡Duna tan alta! Mas la caricia del viento la deshará.
Feliz andadura. Barre el viento mis huellas del móvil médano.
Mitigan su sed —en menguada charca— tres níveas garzas.