98.

El sol que pega justo en mi puerta
deja todas las soledades juntas,
rompe con el invierno
y traza un nuevo rumbo.
Me siento al borde
de un día complicado
y emerjo de las sombras secretas
para parpadear por tus resplandores.
Sólo así me atrevo a morder
los pliegues del destino.
Las dunas se evaporan,
desalentadas por la firmeza de las voces.
Y, en este manantial de rocas,
flotamos sobre la experiencia
para repetir, una y otra vez, una historia
en la que nunca estuvimos presentes.
Si yo naufragara durante este viaje
–entre ficción y realidad–
a través de espacios en blanco y sin fin,
¿me encontrarías en la borra de tu café?

 

Un poema de posibilidades, un juego de espejos, múltiples imagenes y múltiples lectura, todo en uno y la eterna pregunta y si hubiera... Muy bien.
Un abrazo respetuoso.

 

gracias por tus palabras!!! abrazo para vos!!!
Diana