A una voz

No creo, poder ahogar esta voz;
que llega arrastrada, sin sentido,
vacía, perdida de ti.

No grita, se calla ha perdido su fuerza,
detrás de tu puerta, se ahoga
tratando de decirte algo.
más simplemente no escuchas.

Cuando vuela cercana a tu oído,
ha perdido su encanto.

¡Maldita sea, mi voz!

He, de cambiarte ¡oh suspiro tenue
maldecido por los elfos!, te ha llevado
el viento a aquel lejano lugar,
donde mi consciencia no llega,
el vacio, te atrapa.

Aun con mi poderoso nombre
tu guardián me impide,
reclamarte de nuevo.

No escuches los llamados ajenos,
ni te dejes confundir, por esas visiones
infames. Que pasan por tus pupilas,
cual realidad confusa e inmaterial.

No iré tras de ti, ni caminaré sobre
tus huellas, no gritaré, solo esperaré
a que el viento te traiga,
de vuelta.​

 

A veces las palabras no bastan...es mejor el sonido del silencio para encontrar y esperar.

Besitos de guayaba muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak...

 

Precioso escrito y el final me encantó, a veces cuando uno espera al final llega. Un saludo