Angel Maldito

Un ejército de sombras se materializa ante los ojos moribundos de un ángel que llora lágrimas de sangre y se arranca las alas con desesperación, cada pluma cae al suelo y se vuelve cenizas, estas se mancillan en las heridas ardientes de su frágil cuerpo que cede a la tentación del sueño eterno, recostada en un suelo de espinas venenosas que con un mínimo movimiento desgarra y arranca la fría y pálida piel que se pudre al desprenderse y es carcomida por los gusanos que recorren su ser, penetran en sus entrañas y mientras ellos viven ella se desvanece, ella siente como las lastimosas ramas se enredan en su cuerpo, la aprisionan, la asfixian, es entonces cuando su piel toma un sinnúmero de matices: rojo, azul, morado, verde, y es así como la hacen exhalar su ultimo aliento.

De las sombras se desprende una demoníaca figura, un ser con olor a azufre y carbón, la mira tiernamente, se inclina para tomarla entre sus brazos y la extrae de esos lazos de muerte, la recarga en su pecho, pasa su mano derecha por su rostro, y recoge las lagrimas con un dedo y las prueba, aprisiona esa frágil criatura entre sus brazos depositando un dulce beso en esos helados labios color púrpura, posa su mano izquierda en la espalda de ella y con la derecha toma la mano de la inocente, disponiéndose a balsear con ella, la sostiene con fuerza procurando no soltar al cuerpo sin vida, tal pareciera q duerme, o que es una triste muñeca de trapo sin voluntad, un par de giros, atrapada por su titiritero, lanzada al aire y cayendo en sus brazos para continuar con el mounstroso baile, al final, la deposita nuevamente en la cama de espinas de donde la había tomado, se corta la muñeca con una daga y vertió un poco del liquido rojizo entre los labios del ángel, y observo como poco a poco ese lánguido cuero era recubierto totalmente de ramas incrustadas de envenenadas, nada quedo al descubierto del ser mas que los ojos cerrados, después de dejarla en aquel lecho, después de contemplar el cuerpo ramificado dio media vuelta y se dispuso a partir cuando de pronto, algo lo perturbo y lo obligo a permanecer estático, el inerte ser desprendió al momento de sus labios un alarido y abrió los ojos mostrando un hermoso azul turquesa, los cerro y al abrirlos nuevamente se veía como se inyectaban de un magnifico color rubí, entonces el demonio dio la vuelta quedando frente al renacido, observo la escena de transmutación del ángel y sonrió placidamente dejando a la vista unos colmillos tan blancos como el marfil.

El ángel también a través de su escabroso grito dejo ver el nacimiento del par de colmillos y cobrando una fuerza sobrenatural, se libero de sus ataduras como si se trataran de papel, se ergio y de su espalda de donde se arranco las alas crecían otras, pero en lugar de tener las brillantes plumas las cubrían una piel oscura como si se tratasen de las alas de un murciélago, su cabello grisáceo se tono negro y de su piel se borraron heridas y cicatrices, al tacto la piel seguía helada, su corazón ya no latía, extendió su mano q ahora tenia unas enormes garras y fue recibida por la de su compañero.

Caminaron juntos hasta llegar a un pantano nebuloso, putrefacto, donde ya hacia atada a un viejo roble una doncella vestida de harapos, que al verlos aproximarse grito desesperada, gimió, suplico, imploro por su vida y al ver que ellos no desistían blasfemo, maldijo, escupió, los dos demonios se miraron y rieron ante la torpe lucha de tan indefenso ser, la doncella al contemplar a través de esas sarcásticas sonrisas los colmillos marmoteados se desgarro la garganta por el grito de desesperación y cayo inconciente.

Entonces, se aproximaron a ella y el volteo el rostro de la joven a un lado y arranco parte del vestido dejando al descubierto un delicioso cuello de piel tan suave como un durazno y se lo cedió al ahora ángel maldito, quien le dio un golpe en el rostro ocasionando q la victima volviera en si, descubrió sus colmillos y los incrusto en el delicado cuello, la victima luchaba, pateaba, vociferaba, pero nada impidió que su verdugo saciara su sed y antes del ultimo latido retiro sus labios de los cuales caía un delgado hilo rojizo, su compañero se acerco y lo retiro con su lengua, mientras observaban el fallecer de la joven.

El ángel maldito supo que su victima no fue cualquiera, fue su protegida, la que le fue asignada para defender y velar por su bien, y ahora, había sido su propio ángel quien le robara la vida, quien bebiera su sangre gota por gota y se hubiera deleitado con ello.

 

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