Anhelo despertar al nuevo día.

Soy una mujer triste que deambula
entre mares de espumas apagadas
sin la Luna que cause marejadas,
en mi noche cerrada no circula.

La negrura es tan negra que me anula.
Las estrellas cintilan sosegadas.
Oscuridad de nubes aferradas
contra la tenue luz se confabula.

No queda ya ni luz, tal vez soy ciega,
quizás es que he perdido ya la gracia.
Toda esta oscuridad suena a falacia.

O es que es sólo es un sueño que me niega
la claridad del Sol, luz de alegría.
Anhelo despertar al nuevo día.

 

No sé si sea común deambular entre sombras pero a mí me sucede muy seguido pero también me aferro con todas mis fuerzas a la luz que sin esperar aparece de algun lado. Un hermoso poema nos comparte grato recorrer su espacio saludos!

 

Muchas gracias, Marisol, por detenerte a leer mis letras. Me alegro haber provocado resonancias en tu sentir. Un abrazo.

 

Me gustó mucho pasar por tu obra. Hay poesía reflejada desde la vivencia y la voluntad de prevalecer con certeros interrogantes. Buen punto.

Dejo la presencia de mi lectura, el momento grato de poesía.

Recibe un abrazo fuerte


RJL

 

Ricardo José Lascano, muchas gracias por tu generoso comentario. Un abrazo.