1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Antología Catalana de Oscar Portela por Joan Navarro

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por oski2, 9 de Enero de 2007. Respuestas: 0 | Visitas: 626

Estado del tema:
No está abierto para más respuestas.
  1. oski2

    oski2 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    22 de Septiembre de 2006
    Mensajes:
    121
    Me gusta recibidos:
    2
    [Oscar Portela]

    El Gólgota

    [El Gólgota]

    Claroscuro

    [Clarobscur]

    Punto Muerto (Dead End)

    [Punt Mort (Dead End)]

    Infancia

    [Infància]

    El Gólgota


    El azul que ayer poblaba

    mis ojos y el infinito del azul del mar y el viento

    la arena mezclada al roce del deseo

    las lágrimas y los secretos demonios

    que mantenían mi corazón en vilo y la danza coral

    en la estación del aura primigenia, la inocente infancia

    que se negaba a abandonarme y los dioses

    con sus huellas dibujadas en mi sudorosa piel

    todo ahora sucumbido y mirado con los ojos del cíclope

    el desfiladero de la locura la pesadilla del vampiro,

    el pavor de las sombras el insomnio que acecha

    como un tigre agazapado tras las leyes inexorables de

    la fragilidad humana el tiempo irredento las fuerzas

    de los Daimones de la poesía que me mantenían despierto

    la sueñera de mi alma el gólgota amaneciendo frente a mí,

    la cruz negada y afirmada cien veces cien antes del canto

    del gallo y la gota de sangre cayendo sobre mi frente

    cayendo sobre mi frente...

    Δ

    [El Gólgota]


    El blau que ahir poblava

    els meus ulls i l’infinit del blau de la mar i el vent

    l’arena mesclada al frec del desig

    les llàgrimes i els secrets dimonis

    que mantenien el meu cor enlaire i la dansa coral

    a l’estació de l’aura primigènia, l’innocent infància

    que es negava a abandonar-me i els déus

    amb les seues petges dibuixades a la meua pell suada

    tot ara desfet i mirat amb els ulls del cíclop

    el congost de la follia el malson del vampir

    la paüra de les ombres l’insomni que sotja

    com un tigre agotnat darrere les lleis inexorables de

    la fragilitat humana un temps irredempt les forces

    dels Daimons de la poesia que em mantenien espavilat

    la somnolència de la meua ànima el gólgota clarejant davant meu,

    la creu negada i afirmada cent vegades cent abans del cant

    del gall i la gota de sang que cau sobre el meu front

    que cau sobre el meu front...

    [Traducció de Joan Navarro]

    Δ

    Claroscuro

    I

    El duro pan de soledad

    El zarpazo del tigre agazapado en la noche

    El invisible en el día,

    La sed del infinito que se agota

    En el infierno del desierto,

    La sangre coagulada vuelta

    A sus orígenes, el sudor y el miedo

    Y el cansancio que el trivial comercio

    Con la efímera eternidad del verbo

    Se hacen oscuras obsesiones,

    El yo condenado a sabiendas y el cobre de la

    Campana del crepúsculo

    Que llama a reunión de vivos y de muertos

    Y qué harás hoy sombra de sombras

    Que finges no conversar con las augustas

    Sombras de los muertos

    Tú que sigues el camino que termina

    En el corrupto círculo que se repite

    Una y otra vez una y otra vez

    Vox clamantis in deserto y la campana

    Llamando al ángelus y la madre

    Traslúcida mirando desde la luna

    La soledad donde se acunan las mortales

    Caricias de los sueños sigue sin embargo

    Sigue muriendo que en tu principio esta tu fin

    Aunque aquí no existan ni principio

    Ni fin sino la corrupción que los segundos

    Preparan en silencio para que el círculo

    Se cierre y nada como el alud de las montañas

    Se cierne sobre ti.

    Difícil despertar, difícil entrar a la casa de

    Las sombras donde los ángeles

    Son los daimones que la obra puso

    Para verter en ella el veneno que

    El tímpano y los ojos la atávica memoria,

    El gusto de la luz y todo aquello

    Que extraviado está, hagan del duro pan

    Errancia del nonato, los dientes del vampiro

    Que lucen marfilíneos a la luz de las aguas.

    II

    Ahora que el camino es uno solo para muertos y vivos

    Ahora, ahora, el asalto fatal

    Pesa sobre las almas como el viento

    Y la peste, como el beso y la llaga,

    Que ignoran los que muriendo sueñan

    Con la vida, enamorados del crepúsculo,

    Enamorados de las hojas del verano.

    III

    Una rata en la nívea ingle de Jesús,

    Un linchamiento en la esquina de París

    Para Villón, un silencio cargado de presagios

    Para el frágil Lenau, el duelo interminable de la suerte

    Para quien lo ha perdido todo y ha muerto mil veces como

    Rembrandt van Rijn,

    Dos tiros súbitos para Kleist y su amante Retrato, la

    Buhardilla y la vejez,

    El tartajeo de Hölderlin,

    Rabia, solitud, rayos, centellas para el último Dios

    Que canta al universo y se llama Beethoven,

    El si roto por demasiada luz de Nietszche,

    Trino y uno demente Artaud y el tiro de Celan,

    Espejos para mis manos y mi boca y el duro pan

    De la agonía de ser el don, lo que se da,

    El pez y el tiempo, el tiempo, el duro pan

    Que los demonios han puesto en mi camino,

    El lecho, la guillotina, la sangre convertida

    En camino hacia un balbuciente abandonado

    Niño en mitad de un jardín que nos conduciría

    Al infierno de la vejez y el abandono.

    IV

    Cuándo, cuándo, madre, vendrás a mí

    En luminosas mañanas

    De praderas incendiadas por gritos

    De monos y balidos de terneros

    Tempranamente destetados como yo,

    Tu Ángel deyectó aquí, en ésta tierra

    De nadie, baldía de deseos y de imágenes,

    Cómo no ser aquellas, fuera del tiempo,

    Murmurando, murmurios de suiriries

    En los esteros que se devoran las temblorosas

    Ancas, los jadeantes belfos de los caballos

    Ensillados para partir hacia auroras de oro.

    Y las noches, a las noches madre, las abiertas

    Madres cubiertas por las ubres de luz

    Que titilan aquí en el alma, aún, fuera del tiempo,

    Fuera de la incuria y la penuria de lo

    Que nos devora penosamente como Cronos

    A sus hijos, madre terrena, madre que nos levantas

    Sobre la aurora y cuidas el torrente de la sangre

    Que aún fluye, lentamente, lentamente,

    Por las arterias donde el manantial ya seco

    Se abandona a la muerte de la vida,

    A la vida de la muerte que nos abría

    Túneles, pasadizos radiantes, puertas de centelleantes

    Cuerpos, manos, labios y grafías, cuando

    Comenzábamos a partir en búsqueda de un

    Absoluto que hoy, madre, es seca mar,

    Salina de los ojos, y espera, espera, espera,

    De un milagro, del prometido adviento,

    Ya cerrado, ya amurado, y nosotros los presos

    De aquellos luminosos jardines

    Que fueron nuestros y sobre los que ahora

    se cierne, sólo el desierto, sólo el desierto.

    V

    Y esperamos la muerte, ahora que dialogamos

    Asiduamente con la muerte

    Llevando la corona de los muertos

    En la cruz del calvario del deseo de la vida,

    de Eterna vida y gozo eterno- nosotros, crucificados

    Por la palabra y en la palabra amor

    Secos como la mar de muertos dioses-,

    Fieles al designio de aquellos que se mueven

    En nosotros, sigilosos, custodiando las horas

    Y los días que asignados nos llegan a nosotros

    Que seremos tasados como objetos

    De un mercado macabro ; ¿cuánto cuesta la Eternidad

    Y la corona de aquel que agonizaba por el hombre ?

    Cuánto la locura que Zaratustra vertió en sus salmos

    O las mudas cuerdas del piano de Hölderlin,

    La cuerda de Villón, el tiro con que Van Gogh

    Saldó su deuda con el arte, el derrumbe de Poe,

    La soledad de un niño triste agonizante

    Y solo en las perdidas Iluminaciones de un

    interminable viaje, cuánto, cuánto, mercaderes

    de llagas y luminosas mañanas, fariseos del templo

    que conduce de este mundo a la quiebra de otros

    paralelos que nos conducen a ser más hombres,

    a ser intasables por los contadores de los frutos

    del espíritu donde la abeja, la reina del Estío,

    continúa libando más acá de la muerte, más allá de la vida.

    Δ

    [Clarobscur]

    I

    El pa dur de la soledat

    L’urpada del tigre agotnat en la nit

    L’invisible de dia

    La set de l’infinit que s’esgota

    A l’infern del desert

    La sang coagulada de tornada

    Als seus orígens, la suor i la por

    I el cansament que el trivial comerç

    Amb l’efímera eternitat del verb

    Esdevenen fosques obsessions

    El jo condemnat a posta i el coure de la

    Campana del crepuscle

    Que crida a reunir-se vius i morts

    I què faràs avui ombra d’ombres

    Que fingeixes no conversar amb les augustes

    Ombres dels morts

    Tu que segueixes el camí que acaba

    En el corrupte cercle que es repeteix

    Una i una altra vegada una i una altra vegada

    Vox clamantis in deserto i la campana

    Que crida a l’àngelus i la mare

    Translúcida que mira des de la lluna

    La soledat on es bressolen les mortals

    Carícies dels somnis segueix no obstant

    Segueix morint que en el teu principi és el teu final

    Encara que no existesquen ni principi

    Ni final sinó corrupció que els segons

    Preparen en silenci perquè el cercle

    Es tanque i res com l’allau de les muntanyes

    Plana damunt teu.

    Difícil despertar, difícil entrar a la casa de

    Les ombres on els àngels

    Són els daimons que l’obra va posar

    Per a vessar en ella el verí que

    El timpà i els ulls la atàvica memòria,

    El gust de la llum i tot allò

    Que és extraviat, facen del pa dur

    Vagareig del nonat, les dents del vampir

    Que lluen ebúrnies a la llum de les aigües.

    II

    Ara que el camí és només un per a morts i vius

    Ara, ara, l’assalt fatal

    Pesa sobre les ànimes com el vent

    I la pesta, com el bes i la nafra,

    Que ignoren aquells que tot morint somien

    Amb la vida, enamorats del crepuscle,

    Enamorats de les fulles de l’estiu.

    III

    Una rata en la nívia engonal de Jesús,

    Un linxament en el cantó de París,

    Per a Villon, un silenci carregat de presagis

    Per al fràgil Lenau, un duel interminable de la sort

    Per a qui ho ha perdut tot i ha mort mil vegades com

    Rembrandt van Rijn,

    Dos trets sobtats per a Kleist i el seu amant Retrat, el

    Sostremort i la vellesa,

    L’embarbussament de Hölderlin,

    Ràbia, solitud, llamps, centelles per a l’últim Déu

    Que canta a l’univers i s’anomena Beethoven,

    El si trencat per massa llum de Nietzsche,

    Tri i un dement Artaud i el tret de Celan,

    Espills per a les meues mans i la meua boca i el pa dur

    De l’agonia d’ésser el do, allò que es dóna,

    El peix i el temps, el temps, el pa dur

    Que els dimonis han posat en el meu camí,

    El llit, la guillotina, la sang convertida

    En camí cap a un balbucejant abandonat

    Infant al mig d’un jardí que ens menaria

    A l’infern de la vellesa i de l’abandó.

    IV

    Quan, quan, mare, vindràs a mi,

    En lluminosos matins

    De prades incendiades per crits

    De micos i bels de vedells

    D’hora deslletats com jo,

    El teu Àngel defecà ací, en aquesta terra

    De ningú, eixorca de desigs i d’imatges,

    Com no ésser aquelles, fora del temps,

    Mormolant murmuris dels ànecs xiuladors

    Als estuaris que es devoren les tremoloses

    Anques, els esbufegants morros dels cavalls

    Ensellats per a partir vers aurores d’or.

    I les nits, a les nits, mare, les obertes

    Mares cobertes per les mamelles de llum

    Que titil·len ací a l’ànima, encara, fora del temps,

    Fora de la incúria i la penúria d’allò

    Que ens devora penosament com Cronos

    Els seus fill, mare terrenal, mare que ens alces

    Sobre l’aurora i tens cura del torrent de la sang

    Que encara flueix, lentament, lentament,

    Per les artèries on la font ja seca

    S’abandona a la mort de la vida,

    A la vida de la mort que ens obria

    Túnels, passadissos radiants, portes de centellejants

    Cossos, mans, llavis i grafies, quan

    Començàvem a partir a la recerca d’un

    Absolut que avui, mare, és seca mar,

    Salina dels ulls, i espera, espera, espera,

    D’un miracle, del promès advent,

    Ja tancat, ja murallat, i nosaltres els presoners

    D’aquells lluminosos jardins

    Que van ser nostres i sobre els quals ara

    planeja sols el desert, sols el desert.

    V

    I esperem la mort, ara que dialoguem

    Assíduament amb la mort

    Portant la corona dels morts

    En la creu del calvari del desig de la vida,

    **-D’eterna vida i goig etern- nosaltres, crucificats

    Per la paraula i en la paraula amor

    Eixuts com la mar de déus morts-,

    Fidels al designi d’aquells que es mouen

    Dins nosaltres, silenciosos, custodiant les hores

    I els dies que assignats ens arriben a nosaltres

    Que serem taxats com objectes

    D’un mercat macabre ; quant costa l’Eternitat

    I la corona d’aquell que agonitzava per l’home ?

    Quant, la follia que Zaratustra va vessar als seus salms

    O les mudes cordes del piano de Hölderlin,

    La corda de Villon, el tret amb que Van Gogh

    Va saldar el seu deute amb l’art, l’ensorrament de Poe,

    La soledat d’un infant trist que agonitza

    I sols en les perdudes Il·luminacions d’un

    Interminable viatge, quant, quant, mercaders

    De nafres y lluminosos matins, fariseus del temple

    Que porta d’aquest món al trenc d’altres

    Paral·lels que ens porten a ser més homes,

    A no poder ser taxats pels comptadors dels fruits

    De l’esperit on l’abella, la reina de l’Estiu,

    Continua libant més ençà de la mort, més ençà de la vida.

    [Traducció de Joan Navarro]

    Δ

    Punto Muerto (Dead End)


    A Víctor Zaza y Enrique Rebull


    Era temprano, demasiado temprano.

    La diana era blanca como la escarcha

    del invierno, y migraban los días

    como aves, llevadas por los vientos

    de los faustos veranos. Luego grité :

    abandóname infancia o descíframe tus

    enigmas, pero todo fue en vano : aquí

    estoy poseído por un país de dulces aguas

    y garzas blancas o moras, ya abandonado

    para siempre, para siempre descarnado

    y sin sueños, quieto, inmóvil, sombra

    de mi mismo, yo que estuve en toda

    la oscuridad, y parte de la luz, o he

    sido todo esto, Liza querida, ya para siempre,

    sólo y a la intemperie de las bárbaras

    imágenes que me poseen, en la vigilia

    y en los sueños : Érase un pueblo (¡ay ! Loreto)

    llegado desde la lejana Roma, y aupado por

    los ángeles, lejano, inmóvil fuera de todo

    todo tiempo, donde besé a mi madre,

    tierna, tierna Marina, y al callado , casi

    oscuro, casi silencio, Don Modesto Portela,

    padres que me trajeron a estas tribales

    tierras, donde pasé la infancia, adentrándome

    en la infinitud del dios de los esteros,

    y los libros que asolaron mi infancia

    como varas de fuego : la sangre de ibérico león

    corría por mis venas, toda ella poseída

    por la magia, negra o azul, de las mezcladas

    razas de mi América : luego, Oscar Ignacio

    Portela Bofill, y Molina Gómez de Barreda.

    Los punzantes estiletes grabados en la carne

    del alma del asfalto, donde el amor, otras imágenes,

    hicieron nido en mí, dolores y fracasos,

    estigmas y entusiasmos, que poco a poco,

    hicieron de un niño enfermo y custodiado por

    las gracias, el luciferino adolescente de una

    edad de oro, en el cual venían hacia

    mi, nuevos padres, amigos que ya no están

    y sin embargo sobreviven, y el exilio y la cárcel,

    y los aplausos, y rebeldías o claudicaciones

    de un alma que había bebido néctares y frutos

    de un paraíso perdido -1950, y luego, y luego,

    las espectrales sombras, los insomnios eternos

    como el amor perdido, como la roja muerte que se

    llevó a mis padres, yo tigre, yo tauro, y ahora

    sólo poeta en tiempos de penuria,

    re-escribiéndome a mi mismo, para borrar las

    huellas que delatan mi huida, ¿hacia donde, cuando ?

    Porque a pesar de todo aún respiro, aún mis manos

    transpiran, y aún se posa en mi pecho el candor

    del jilguero que me acunó de niño.

    Δ

    [Punt Mort (Dead End)] A


    Víctor Zaza y Enrique Rebull


    Era enjorn, massa enjorn.

    La diana era blanca com el gebre

    de l’hivern, i migraven els dies

    com aus portades pels vents

    dels fausts estius. Després vaig cridar :

    abandona’m infància o desxifra’m els teus

    enigmes, però tot fou debades : ací

    estic posseït per un país de dolces aigües

    i agrons blancs o moros, ja abandonat

    per a sempre, per a sempre descarnat

    i sense somnis, quiet, immòbil, ombra

    de mi mateix, jo que vaig ser en tota

    la foscor, i part de la llum, o he

    estat tot això, Liza estimada, ja per sempre,

    sols i a la intempèrie de les bàrbares

    imatges que em posseeixen, en la vigília

    i en els somnis : Això diu que era un poble (ai ! Loreto)

    arribat des de la llunyana Roma, i ajudat pels

    àngels, llunyà, immòbil, fora de tot

    tot temps, on vaig besar la meua mare,

    tendra, tendra marina, i al callat quasi

    fosc, quasi silenci, En Modesto Portela,

    pares que em van portar a aquestes tribals

    terres, on vaig passar la infància, endinsant-me

    en la infinitud del déu dels estuaris,

    i els llibres que van assolar la meua infància

    amb vares de foc : la sang d’ibèric lleó

    corria per les meues venes, tota ella posseïda

    per la màgia, negra o blava, de les mesclades

    races de la meua Amèrica : després, Oscar Ignacio

    Portela Bofill, i Molina Gómez de Barreda.

    Els punxants estilets gravats en la carn

    de l’ànima de l’asfalt, on l’amor, altres imatges,

    van fer niu en mi, dolors i fracassos,

    estigmes i entusiasmes, que poc a poc,

    van fer d’un infant malalt i custodiat per

    les gràcies, el satànic adolescent d’una

    edat d’or, en la qual venien cap a

    mi nous pares, amics que ja no hi són

    i no obstant sobreviuen, i l’exili i la presó,

    i els aplaudiments, i rebel·lies o claudicacions

    d’una ànima que havia begut nèctars i fruits

    d’un paradís perdut -1950, i després, i després

    les espectrals ombres, els insomnis eterns

    com l’amor perdut, com la mort roja que es

    va endur els meus pares, jo tigre, jo taure, i ara

    sols poeta en temps de penúria,

    reescrivint-me a mi mateix, per a esborrar les

    petges que delaten la meua fugida, cap a on, quan ?

    Perquè a pesar de tot encara respire, encara les meues mans

    transpiren, i encara es posa al meu pit el candor

    de la cadernera que em va bressolar d’infant.

    [Traducció de Joan Navarro]

    Δ

    Infancia


    A Ludovica Squirru y Joan Navarro

    Ahora que definitivamente me has abandonado.

    Que las epifanías exigidas se han cumplido.

    Ahora que las melancolías yacen en baldía tierra

    Y sólo hierbas crecen sobre la nostalgia

    De sueños y de sombras, sé que definitivamente

    Me has abandonado a la intemperie por la intemperie.

    Yo soy el Dharma bajo lunas oscuras, yo soy la peste

    Pero me acepto así y danzo aún el ritmo

    de los lamentos solitarios que acompañan el no

    Asombro y bebo aún de claridades

    Aunque sea la noche el epitafio que cierra la ventura

    De la vida, ahora que definitivamente yo estoy

    Solo y sé que me has abandonado pues tus preguntas

    Callan, casa, tierra de la lengua materna,

    Ya abandono la caza, me fundo a la mar, tigre en el

    Agua, postrer maullido de un gigante gato.

    Δ

    [Infància]


    A Ludovica Squirru i Joan Navarro

    Ara que definitivament m’has abandonat,

    Que las epifanies exigides s’han acomplert,

    Ara que les malenconies reposen en terra eixorca

    I tan sols creix l’herba damunt la nostàlgia

    De somnis i d’ombres, sé que definitivament

    M’has abandonat a la intempèrie per la intempèrie.

    Jo sóc el Dharma sota llunes fosques, jo sóc la pesta,

    Però m’accepte així i danse encara al ritme

    de les lamentacions solitàries que acompanyen el no

    Esbalaïment i bec encara de claredats

    Tot i que siga la nit l’epitafi que tanca la ventura

    De la vida, ara que definitivament estic

    Sol i sé que m’has abandonat ja que les teues preguntes

    Callen, casa, terra de la llengua materna,

    Abandone ja la caça, em fonc dins la mar, tigre dins

    L’aigua, darrer miol d’un gat gegant.

    [Traducció de Joan Navarro]

    :::sonreir1:::
     
    #1
Estado del tema:
No está abierto para más respuestas.

Comparte esta página