Aquella amiga

.

Me llamo Jesús,
pero me hubiera gustado un nombre más vicioso.
​

..
.


Recuerdo pocas cosas de mi primer beso:
carne olor a Lavanda. Y su nariz.

En ese preciso instante
que todo es naufragio del amor,
yo quería una vida simple con aquella amiga,
lo que la primavera promete por todas partes,
llegar a al pabellón de sus ingles absolutas,
y después un abrazo.

No pudo ser.
Ella temía por Dios, por la serpiente.
Fue toda mía su vida lejana.
Admiraba en ella mi vida.
Tanto la quise que la desprecié.

Cuando dejó de tener nombre
y el amor fue tan solo piedra,
tristura la llamé.

Así, una vez más,
nublado de amor llora mi otoño
cuando murmura su beso
en mis malditos diciembres tristes.

Esta nieve perpetua,
este frío, con este frío,
oh, si hoy pudiera salir,
simplemente a pasear,
con aquella amiga muerta.


…
..
.

Jesús Soriano


.

 

Cuando dejó de tener nombre
y el amor fue tan solo piedra,
cuando murmura su beso
- en ese preciso instante -
tristura la llamé.

A mí siempre se me ocurre dañar las obras
con mis paráfrasis...
Esta vez me dejaste un frío beso de ausencia.
pero siempre intenso y profundo.

Estrellitas armoniosas para ti estimado Chus...

(no te preocupes por el nombre,
siempre podemos engañar al espejo)

 

Dentro de ti, una poeta anda en puntillas reuniendo las letras de los
besos olvidados, su sombra es un policia secreto que duerme debajo de tu cama, luego dejas a lo loco las otras tareas, escribe la poeta y nuevamente te vas a poner la lavadora.
Yo creí que me bautizarías con otro nombre más vicioso, pero cachis, no, en ese instante solo tuviste ojos para transformar mi poema, lo releo y el resultado tengo que aplaudirlo.
Es un placer siempre verte.
Besos para ti y muchas gracias por tu lectura, comentario, y el brillo de tus estrellas. Chus


.