Aquella rosa

Aquella rosa

Con caricia a dedo lento cuatro bordes de ventana,
placentera por lanzarme como pétalo caído,
como flor que tu deshojas y que muere entre vacío.
Pues yo quiero ir con ella, quiero hacer tal muerte sana.


Mientras sigo paseando cinco huellas que derraman
tras cristal envenenado, un aroma derretido
en la muerte de esa flor marchitada ye en su hastío.
Quiere ser ella cubierta por paños de tela amarga


No le deja ver, la venda, la misma que yo poseo.
Atada de extremo a extremo, callando a mi ardido ver.
Y es que quema cual rosal pleno y mago de deseo.

¡Que yo amo a aquella rosa! y quiero en ella recorrer
la muerte que codicia esta ventana, pues no quiero
lanzarme sin esa rosa que asesinas con placer.​

 

bonita poesía, sentida.

 

Gracias por tu paso, Tarugus. Un abrazo