Arreglando mis pensamientos

Esperame sentado en el portal,
mientras arreglo mis pensamientos.
Comprenderás que sería demasiado
superficial si tan sólo me preocupara
de intentar desenredar estos bucles
tan oscuros como mi vida.

No son tus minutos, es mi tiempo.
Soportar mi discurso es un acto
de resistencia intelectual.

Golpea la puerta, y descarga tu ira
contra nuestro mundo infecto.
Es mi único consejo en esta tarde
aciaga, en la que hasta las catedrales
dejan caer lágrimas desde sus rosetones.

Estoy a punto de salir, no tengas
miedo de encontrarte a mi yo más
sincero, pienso redescubrirte las aceras
y sacar de tu dócil temperamento
las ideas más radicales.

Ten paciencia, estoy policromando
mi conciencia en el taller de mi demencia.
Mis gritos están en orden, mi piel se adornará
con el resplandor del desorden.