Atrapada

Vitales pulsaciones que hoy emprenden un viaje
guíado al encadenamiento de mi juventud gemida, filosofante
realmente, ¿creen necesarios los hábitos acostumbrados?
esos delirantes juzgados sin ser nunca aprovados ...
No llego a comprender el debate punzante que yo misma ilusioné
que yo misma creé, cubriendome así de rupturas farsantes
que atentaron contra mi flamante salud....
Signos naturales que constituyen los átomos que soy
se fusionan hoy en la noche oscura con la locura
con la actitud resplandeciente de mi ser
con la ternura de nunca llegar a padecer
y me aventuran impulsivamente a no desvanecerme
ante la llama altiva del desgano atolondrado y persistente...
Susurros inexistentes hoy pronuncié
resonaron gravemente en forma de ecos
escalados en mi mente atónita
pegados al turbio y acelerado desplazamiento de mis neuronas
y ellas arrrastradas a encubrirlos, los abastecieron sin escucharlos
profundamente ofendidas trataron de escapar por diminutas rendijas
infiltrandose las neuronas sin resistirse al espacio que logra acorralarlas
quedando desnuda la opción de aquietar esos susurros prisioneros
para presipitarlos hasta enloquecerlos de aburrimiento
como esos forasteros perdidos
que logran distraer a un pirata de su consuelo
y no desiste el muy verdugo en su busqueda autista
el pirata que tampoco influye para lograr ese poder significativo
que lo vea envuelto en una real batalla...
La gracia acontecida en la mañana de este día
desprendió en su cumbre de llamativa agonía
el desterramiento de mi cuerpo, de mi aliento
así lloré enardecida y derrumbé mis ironías
al jardín purificado del desentendimiento
destilando agresivamente los pasos que me guiaban hacia él
encegueciendome de locura confundí ilúsamente mis pies descalzos
con la clandestinidad suprema horrorosa de aquel jardín
que me paralizó distrayendome sin siquiera poder continuar
mezclandome infinitamente entre el agudísimo dolor que sentí al nacer
y la mirada desgarrante de mi propio ser...
La caída desplomó mis sueños, los estropeó como pecados ajenos
fallecí adentrada en un increible amanecer ficticio
así me levantó en sus cálidos brazos un ángel
se acercó a beber de mis labios sedientos
del deseo agonizante que desprendía mi piel en destellos
así alumbré su rostro armonioso clarividente
me endemonié queriendo satisfacerlo con mis logros
y la plenitud de su alma me acurrucó despacio en su bondad
al fín pude descansar placenteramente, llorosa, soñando
sin imaginar que al poco tiempo despertaría
en la cumbre piadosa de mi soledad fatal...
Gabba