Ausencia.

Tendré que derribar mi amor al puente
que sigue enfrente, y te mira:
Tendré atadas tus cordilleras,
Alejaré tus cúspides haciendo fuego.

Nuestros lugares; aquellos de amor,
son campos yermos
y las luces infinito nido oculto.
Mañanas de música donde tus besos
cantaban a gritos tu amor en la playa,
palabras de tiempos verdaderos
que tendré que callarlos sin esperanza.

¿En qué cueva esconderé tu ausencia?,
¿en cuántas notas de guitarra llorará mi alma?
El sol cae terrible a mi mirada,
ya no brillas, eres como una estrella quebrada.

Tu ausencia circula por las calles vacías
y tus olas se hundieron a mis espaldas,
el ocaso descendió sin luz, ni ruido,
tuve que partir, y dejar
nuestras almas enamoradas.

Edwin Paul Acosta Peña. © Derechos reservados.

 

Y he estado ausente en tus letras, me da gusto leerte de nuevo, aunque haces sentir esa sensación de extrañeza, grato leerte