Ayer se me fue un amigo. Soneto.

Murió sin darse apenas un respiro
-pulmones más que enfermos...destrozados-
sus ojos se extinguieron derrotados
y el aire se le fue tras un suspiro.

La muerte le dio muerte con tu tiro
-sus sueños duramente cercenados-
sus dedos dibujantes desahuciados
y el alma retornando a su retiro.

Helada me quedó su despedida
flotando en un adiós hospitalario
con gusto a gratitud y a sulfamida.

Murió -no dio más tiempo el calendario-
y libre se escapó por la salida
llevándose lo justo y necesario.

 

No siempre se encuentra en el mismo poema reunidos calidad literaria y sensibilidad humana. Tus versos me han llegado a lo más profundo del alma por su sencillez y por su enorme calidez. Enhorabuena. Estrellas

 

Luís, no sé -ni quiero saber- escribir desde la impostura y la falsedad. Busco siempre escribir desde el más genuino sentimiento -para mí es fundamental- ya que su expresión me vale de catarsis, de purificación, de "echarlo pa' fuera".
Es para mi un orgullo que estas letras te hayan tocado el alma ya que salieron de la mía. Gracias amigo, muchas gracias.