Bajo la lluvia de septiembre

Ligia Calderón Romero · 29 de Marzo de 2022

Septiembre, 15, invierno de 1998

De paseo por las calles adoquinadas de arena, con la brisa olorosa a salitre y el vino diáfano venido de las nubes, iban los amantes. El chasquido de la lluvia entre los árboles y los tejados, alucinante melodía que los invitaba a ir a paso lento.
—Te casarías conmigo? —murmuró ella.
Él, atónito, la miró en silencio.
Sentados sobre la arena, él fijó su mirada en ella.
—Porqué bromeaste con algo tan serio? Te lo he pedido tantas veces y siempre tienes una excusa.
—Nunca había hablado tan en serio —dijo ella.
Después de un breve silencio la besó.
—Sí —dijo entonces.
—No —respondió ella. Un sí tardío. Debes responder con celeridad.
—Estaré en vela por si acaso. —dijo él.
Un año más tarde, vino el adiós repentino.
4 de abril, 2013

Serin · 29 de Marzo de 2022

Creo que compartir la vida es algo muy serio y no podemos dar un sí apresurado; no quiere decir que no se quiera, a veces necesitamos tiempo para organizar algunas cosas y en ese transcurso de tiempo se puede ver con un prisma que refracta muchas respuestas. Un buen micro, Ligia. Un gusto pasar a leer. Saludos con respeto.

LUZYABSENTA · 30 de Marzo de 2022

Ligia Calderón Romero dijo: ↑

Septiembre, 15, invierno de 1998

De paseo por las calles adoquinadas de arena, con la brisa olorosa a salitre y el vino diáfano venido de las nubes, iban los amantes. El chasquido de la lluvia entre los árboles y los tejados, alucinante melodía que los invitaba a ir a paso lento.
—Te casarías conmigo? —murmuró ella.
Él, atónito, la miró en silencio.
Sentados sobre la arena, él fijó su mirada en ella.
—Porqué bromeaste con algo tan serio? Te lo he pedido tantas veces y siempre tienes una excusa.
—Nunca había hablado tan en serio —dijo ella.
Después de un breve silencio la besó.
—Sí —dijo entonces.
—No —respondió ella. Un sí tardío. Debes responder con celeridad.
—Estaré en vela por si acaso. —dijo él.
Un año más tarde, vino el adiós repentino.
4 de abril, 2013

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Cabe meditar ese esencial paso de compartir..., cualquier duda aun en su
tardanza puede darnos la decision exacta. me gustó. saludos de luzyabsenta

lomafresquita · 3 de Abril de 2022

Ligia Calderón Romero dijo: ↑

Septiembre, 15, invierno de 1998

De paseo por las calles adoquinadas de arena, con la brisa olorosa a salitre y el vino diáfano venido de las nubes, iban los amantes. El chasquido de la lluvia entre los árboles y los tejados, alucinante melodía que los invitaba a ir a paso lento.
—Te casarías conmigo? —murmuró ella.
Él, atónito, la miró en silencio.
Sentados sobre la arena, él fijó su mirada en ella.
—Porqué bromeaste con algo tan serio? Te lo he pedido tantas veces y siempre tienes una excusa.
—Nunca había hablado tan en serio —dijo ella.
Después de un breve silencio la besó.
—Sí —dijo entonces.
—No —respondió ella. Un sí tardío. Debes responder con celeridad.
—Estaré en vela por si acaso. —dijo él.
Un año más tarde, vino el adiós repentino.
4 de abril, 2013

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Ayyy Ligia, el corazón solo entiende de sentimientos, sabe amar y querer y si le preguntan si quiere responde con celeridad, así son las cosas del corazón, pero tu maravillosa pluma nos hace partícipes de tan importante pregunta haciendo que nos sintamos protagonistas de esta historia.
Encantada de leerte querida amiga, besos para ti llenos de admiración y de cariño....muáááckssssss

Sasha. · 3 de Abril de 2022

Sí...No.

Las intermitentes matan

Un gusto leerte.
saludos.

Hotarubi · 3 de Abril de 2022

Las cosas pasan por alguna razón, quizá ahí la intuición fue más rápida que la respuesta de él.
Me ha gustado leerte.
Un saludo.

Daniel Borrell · 17 de Mayo de 2022

Ligia Calderón Romero dijo: ↑

Septiembre, 15, invierno de 1998

De paseo por las calles adoquinadas de arena, con la brisa olorosa a salitre y el vino diáfano venido de las nubes, iban los amantes. El chasquido de la lluvia entre los árboles y los tejados, alucinante melodía que los invitaba a ir a paso lento.
—Te casarías conmigo? —murmuró ella.
Él, atónito, la miró en silencio.
Sentados sobre la arena, él fijó su mirada en ella.
—Porqué bromeaste con algo tan serio? Te lo he pedido tantas veces y siempre tienes una excusa.
—Nunca había hablado tan en serio —dijo ella.
Después de un breve silencio la besó.
—Sí —dijo entonces.
—No —respondió ella. Un sí tardío. Debes responder con celeridad.
—Estaré en vela por si acaso. —dijo él.
Un año más tarde, vino el adiós repentino.
4 de abril, 2013

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Ser apresurado es malo, pero también lo es esperar demasiado. El amor es un niño muy caprichoso con el que jamás se debe jugar y la vida da muchas vueltas y por eso muchas veces perdemos la felicidad entre otras cosas. Magnífico micro con un final sorprendente. Felicitaciones y saludos Ligia.

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