Bajo la Luna -Dueto entre Salvadoreños-

Bajo la Luna
-Dueto entre Salvadoreños-

Hermano cómo estás,
veo que estás en este lugar frió y solo;
y te veo que estas sufriendo por algo,
quieres contarme qué es.

Oh compadre, ciego quisiera estar ya,
mira como se me va la juventud,
anoche en un barco en la costa navegué...
Mira, mi suerte sabes,
ya de mi infortunio, mi pena, la que no me deja en paz:
a ella la vi no puedo más cierto estar.

Hermano, por qué tu angustia por esa mujer,
que acaso ella tiene algo especial en tu corazón,
para que tú sufras de esa manera por ella.

Acaso lo olvidas,
no hace más de un mes que en suelo pusimos su ataúd,
su cuerpo iba en él,
el por qué de su muerte es desconocido aún,
era el amor de mi vida,
y se me aparece, así por así nada más.

Tienes razón, ella ha muerto...
Pero esas apariciones son de amor,
un amor verdadero por el cual tú luchaste,
y ella lamentablemente, ya no está a tu lado.
Pero dime, acaso tú tienes algo más que contarme,
para que sufras por ella como lo estás haciendo.

Eso me perturba,
problemas juntos jamás,
noches de verano con ella el amor cené,
y en invierno sus labios encendidos probé,
acaso hubo tristeza, pues yo no lo noté.
¡Crees que deliro!, ¿no me crees?
En tus ojos lo puedo ver...

Discúlpame por lo que te he dicho,
pero pienso que sufres mucho por ella...
Sé que tú la amaste,
bueno, la amas más que a tu propia vida,
y sé lo que con ella has vivido.
Pero te diré que un amor como el tuyo, no hay otro igual;
aún en el hecho de muerte, tú la amas de verdad
y con todo tu corazón.

¡Oh, el cielo me tortura!
Dime "despierta ya".
Voltea a ver,
allí está ella, llamándome al más allá.

Pero si atrás de mí no hay nadie,
acaso tú la puedes ver, porque yo no...
Veo que tu amor por ella,
ha hecho un enlace desde el más allá
para que tú la veas.

Pero, ¿qué dices?...
Si te está tocando el hombro,
algo ella me quiere decir...
Qué tienes que ver,
medianoche, medianoche,
los espíritus bailan esta noche;
dime qué quiere ella, tú que no la sientes ni la ves,
porque a tu hombro ella se pone complaciente...
Y al verme su vista deja de ser resplandeciente.

Pero qué dices,
veo que tu amor te está llevando muy lejos...
Yo no siento nada,
ni veo ni escucho nada.

¡Maldito seas, tú la mataste!
Tú eres quien me oculta algo,
eran amantes y al no renunciar ella a mí,
indecisa por ti, la liquidaste;
pero por qué te sonríe...
Acaso viene y gusta mofarse de mí,
no le bastó en vida,
que aún ahora viene tras de ti.

Pero, ¿de qué hablas?,
yo no la he matado,
veo que tus pensamientos empiezan a enloquecerte.
Te juro por mi vida que no tuve nada con ella,
porque el amor de ella es puro...

¿Has acabado?
Porque no amerito tus palabras,
veto al cielo que esta noche se dará un nuevo velo,
tu cabeza por la paz de mi credo,
que aquélla, que me ha dado su cuerpo,
ofrendo su amor a este cerdo.

Me insultas,
cuando tú eres el que mira cosas que no existen.
Eso es locura, y porque tendría que matarla, como tú dices...
Si ella era lo más hermoso que hubo sobre la tierra.
¡Ah!, dime por qué crees que la maté.
Sólo porque te amaba a ti, en vez de mí... ¿Dime?...

¡Ah! Así que admites que tuviste que ver con ella.
¡Maldito hipócrita! Y te dices mi hermano.
No te bastó contemplar su belleza,
que aspiraste a probar su delicadeza.

Sí, lo admito... yo la amé...
Pero no la maté,
eso tuviste que ser tú,
tú quien la mato por sus celos,
porque yo la amaba tanto
que nunca dejaría que le pasara nada.
Y esa noche en que murió,
yo ni estaba cerca...
¡Ah, contento!
Ya acepté que la amé como a nadie,
¡pero yo no la puedo ver como tú!

¡Calla! Gusano infeliz...
Me repugna tu ímpetu,
te atreves a confesarte...
¡Y de golpe me dices que
yo asesiné a mi bella sureña!
Mas el diablo te arranque los ojos que...
Hoy te acabo,
hoy te vas,
hoy te mueres,
hoy sí que la noche nos inmole...
Que de los dos:
uno a Dios verá,
y el otro...
¡Con los demonios danzará!

¡Ja ja! Sí... como pues yo no estoy dispuesto a morir por tu mano,
si tú dices que yo la maté te equivocas.
¡Yo creo que tú la mataste!
Porque eso dicta mi corazón,
y si tú dices que ella está aquí,
está bien...
Que este aquí para que vea,
lo poco hombre que eres...
Y ni siquiera te dignas
a pelear con tu propio hermano.

¡Calla!, y para que veas lo hombre que soy,
¡Prueba de mi puño!
Que hoy defenderé mi honor,
y a tu sangre haré sentir mi pena y mi dolor.

¡Maldito bastardo!
¡Cómo te atreves a pegarme!
Como dices que es por tu honor,
¡El único honor que tendrás será por los muertos!

>>Viene una gran ola...
y debajo del puerto no ganamos nada...

¡Apártate que te lleva!

>>Ésta es mi condena...
Me lleva la marea,
al menos él, está salvo tirado en la arena...
Dime mi sirena, así me salvas de la condena...
Evitando su muerte a manos de un injusto,
no me desampares y hazme ver la luz del cielo...
Pero que sea con tu rostro,
pues ahora veo negro,
y comprendo que voy al infierno...

Yo no puedo creer que al final...
Él, mi hermano, se haya sacrificado por salvarme.
Pero no comprendo...
¿Si tantas ganas que tenía de matarme?
Y al final me salvo...
¡Sigo sin creerlo!
Pero lo único que puedo hacer es buscar su cuerpo,
y luego condenarme por haber matado el amor de ellos...
Creo que al final yo prefiero ir al infierno,
él... mi hermano...
¡Perdóname donde estés!
Jamás me perdonará...
Eso lo sé.
Pero prefiero que
el Dios de allá arriba, lo reciba...
Porque el único pecador soy yo.​

Vlad Kanon y JMRM.​

 

Muy buen dueto Vlad... Tremendo trabajo. Fue un verdadero placer leerte. Saludos cordiales!

 

Interesante esgrima de estrofas.

Gracias por compartirlas.

 

Gracias a ti también por la ayuda, fue muy útil. Un honor que estés entre mis letras. Saludos.

Gracias por el comentario, esgrima, si asi parece ser, no? .

Gracias nuevamente un gusto enorme.

 

Wow,!
que buena historia, jaja,
fue en verdad perceptible.

les aplaudo por ello, tienen ambos mis estrellas,
un abrazo.

Dian.

 

Me alegro que le haya impactado y a la vez agradado la historia que realice con mi camarada, un enorme gusto el que haya pasado a leer mi escrito, un saludo y un honor.