Café

Bancos altos de madera,
sin barniz o esmalte.
Esta mesa de cristal
Con aire a viejo lugar.

Siéntate ahí, por favor.
Déjame verte,
un poco más cerca,
prometo no hacerte mal.

Eres un sol,
ardiente y caliente.
A veces me quemas
cuando me vuelves pequeño

Y lleno de miedo,
me vuelvo niño.
Busco a mi madre
y no a la mujer.

Da un sorbo pequeño,
¿Se siente ácido?
¿Agridulce tal vez?
Saborea un poco.

Besa mis labios,
sensación dulce.
Tu boca caliente
tu lengua ardiente.

Eres fuego en mis manos,
calor en mi cuerpo,
presente y futuro,
mujer de mi vida.

Tomar café a tu lado,
amor mío.
Deleite en la charla,
en el silencio.

Luz de vida,
tu vientre fecundo.
De dos se hace tres,
de aquí al infinito.

Tomemos café
muy despacio.
Poco a poco
Hagámonos viejos.

 

En primer lugar decirte que seas Bienvenido a MP. Esto es lo primero que leo de ti y me gusto mucho tu poema. sigue regalando belleza poeta.Un abrazo afectuoso desde mi patria larga y sufrida. Un saludo.

 

Sensibles y apasionados versos amigo...
Grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy