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Cambio de aspecto

Tema en 'Poesía infantil' comenzado por miara, 17 de Agosto de 2015. Respuestas: 2 | Visitas: 590

  1. miara

    miara Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    24 de Febrero de 2015
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    Género:
    Mujer
    Estaba el caimán durmiendo.
    En el pantano, las ranas croaban a un tiempo.
    Su esposa, en el agua nadaba, sin prisa,
    entreteniendo el tiempo,
    moviendo sus patas a ritmo lento,
    cuando hasta él llegó
    y le tiró de la cola, diciendo:

    “Despierta ya, dormilón.
    No pensarás estar toda la tarde
    ahí tendido".
    Él, sobresaltado, despertó
    y observó su reflejo en el agua,
    algo turbia, suspirando con desaliento:

    “¡Cuánto desearía cambiar mi aspecto
    gris y horroroso!.
    ¡Cómo un pavo real me gustaría lucir ó
    como cualquier otro animal
    que no produzca rechazo a la vista!".

    La caimana le dijo:
    “No hay posibilidad.
    Eres lo que ves.
    Te tienes que aguantar”.

    “¿Y por qué debo hacerlo,
    resignarme y nada más?.
    Alguna posibilidad habrá.”
    La caimana, meneó su cabeza
    y se fue a cazar una presa.

    El caimán, pensativo,
    se quedó rumiando una solución.
    Una serpiente de agua,
    que había oído la conversación,
    así le habló:
    “Si vienes conmigo, algo encontraremos.
    No lejos de aquí, hay una casucha,
    que hace unos meses quedó desierta.
    Podemos entrar y ver si hay algo útil
    que olvidaron sin darse cuenta”.

    El caimán la siguió
    y en aquella casa entraron.
    A los pies de una cama,
    una alfombra ajada encontraron
    que imitaba la piel de un leopardo.
    La culebra le dijo:
    “¿Qué tal te quedaría esta pieza?”.
    El caimán se dijo que porqué no,
    y la alfombra con sus dientes cogió.

    Miraron en derredor,
    entre las paredes del polvoriento lugar,
    y un sombrero panamá
    oculto detrás de una caja de cartón,
    el caimán recogió y le pareció genial.

    “Vamos a ver como te queda”.
    le comentó la culebra, ladeando la cabeza.
    Sobre su espalda la alfombra,
    sobre su cabeza achatada,
    el gris sombrero,
    salieron de la casa
    a observar el reflejo
    que el agua le devolvía
    en aquel día soleado de enero.
    No le desagradó, e incluso
    su aspecto le gustó.

    “Bueno, tienes una presencia diferente;
    desde luego destacarás de todos tus congéneres”.
    La culebra se retiró a tomar el sol
    mientras el caimán le daba las gracias
    por su oportuna contribución.

    Cuando llegó la caimana,
    a su marido no reconoció:
    “¡¿Qué te has hecho?!”.
    “Me he modernizado
    y no me importa si a ti
    te da asco.
    Yo me encuentro de maravilla
    y feliz con mi nueva vestimenta.
    Así que, acostúmbrate,
    que puede que entre los míos
    marque tendencia”.
     
    #1
    A Maldonado le gusta esto.
  2. Destinos

    Destinos Invitado

    Algunas veces el aspecto es demasiado relevante para algunas personas.
    Hermoso mensaje.
    Saludos.
     
    #2
  3. Maldonado

    Maldonado Poeta veterano en el Portal

    Se incorporó:
    19 de Julio de 2008
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    Hombre
    Buen cuento con sabio mensaje, es muy ilustrador para los peques. saludos
     
    #3

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