Cancer a la Sangre.

Legendario medio de trasporte,
No tienes idea lo que ayudas con tu gran aporte,
Misericordiosa es tu acogida,
Eres más que un simple punto de partida.

Déjame ser parte de tu investidura,
Con el brillo de tu armadura;
Que con ellos penetras el fiel instante del arte,
Ya de rigor, de fuerza insaciable,
Tú logras con tu entrada,
Romper el viento, séquito en marcha;

Y por ti me entrego al mundo,
Desdichada de tu inconsciente entrada,
Inoportunamente me lamento entre tus brazos,
Lograste de mí una esclava del dolor,
¡No me trates con pasión!
Eres el verdugo de mi afección.

Saca tus garras, enfrenta esa constricción,
Mientras yo vivo, con el olor de la victoria entre mis entrañas,
Tú continúas con la eterna batalla,
Tu que manejas mi vida a tu antojo,
Te suplico que no te rindas,
Yo que de ti siempre dispongo;

Conviérteme en tu sombra, ¡cura mal nacida!
Tú corres con mi vida; de ti soy siniestra y divina,
Deja de dar vuelta por todas partes,
Entiendo que es tu maratón incesante;
Ahora no pienso tratar de defenderme,
Sino ser de veraz prisionera del innombrable.​