Canchales de la dehesa

Canchales de mórbidas formas

como rocas embarazadas con los dolores del mundo

Volúmenes femeninos a los que embellece el líquen

Trono telúrico para el lagarto que sobre él dormita.

Brotan entre las jaras y los brezos

adormecidos por los melódicos trinos del mirlo

Canchales de la tierra austera

como enjoyada ofrenda

como cráteras con vocación de ónfalos

como frutos nacidos de los siglos

Reposan sobre ellos las sombras de las místicas encinas

crean fantasmagorías desde sus formas deformadas

ancestrales volúmenes que rememoran viejos mitos

Canchales de la tierra austera

De vuestro parto nacerán bellos monstruos

Preñados por la luna llena

en las noches en las que cantan las cigarras

y de los búhos vigilantes

engendráis turbulentas primaveras

frenesíes de pájaros que se aman entre juncos y poleos

desbordando los arroyos desecados por el tedio.

Delicados monstruos berroqueños

dormitando a la espera de una resurrección que os alimenta

añorando la erupción que os dio la vida

Canchales como frutos de un imposible paraíso.

 

Muchas gracias, Desi. Tus bellas palabras ayudarán mucho a ese feliz finde que me deseas. Un cordial saludo,
miguel

 

Esplendores anunciados y disfrutados desde el paraíso donde las
formas apreciadas se funden como en una libertad para que el
sueño de la vida se mezcle con ese alimento natural. un excelente
paseo para percibir pasados tan lejanos como incomprendidos.
me gustó mucho. saludos amables de luzyabsenta

 

Muchas gracias, querido amigo. En esta etapa crepuscular de mi vida la delectación de las contemplaciones se acentúan, se intensifican las percepciones, y se resalta la pureza de las esencias. Muy bello tu comentario. Un abrazo desde la dehesa...
miguel

 

Muchas gracias, Carlos, querido amigo. En esta etapa crepuscular de la vida, la percepción de las sensaciones se agudiza con el saboreo de lo último, de lo periclitado. Si eso se traslada a lo que escribimos estamos expresando una vivencia que tal vez no percibamos. Muy bello tu comentario. Un abrazo,
miguel