Carnavales

Yo sé que te desvelas y lloras por las noches
acariciando mi nombre escrito en tus divanes.
Sé que extrañas en el ruido los silencios que acunamos,
entre cristales azules, entre rojos pasamanos.


Yo sé que no te apasiona jugar el lento olvido,
que no quieres ver coronas donde flores hubo habido.
Y te muerdes los terrores y los puños y no comes.
Que estás loco de rabia e intentas soluciones.

Pero ya te he dicho, no me busques, que no estoy.
A mí, que ni siquiera sé por qué voy nombrándote hoy,
se me han secado los dolores de pañuelos,
se me han burlado, bebiendo todos los desvelos.


Y tan sola como siempre, sin un perro,
sin ti, sin las flores, sin los besos, sin las manos, sin recuerdo,
me asomo a esta ventana consciente de la ebriedad,
y por ella desbarranco la estúpida altivez de mi amarga soledad.

La noche vuelve ansiosa a dejarme sus misterios, densos ruidos,
mascaradas risas, fantasmas, alaridos, jugueteos.
En la calle cobra vida el carnaval sediento.
Entonces tú y yo tan luego somos nada -fuimos antes- sólo eso.

 

Gracias Vicente, eres muy amable amigo. Abrabesos

 

Estrellas para tu pluma, mis cariños.

 

Que misterios depara la noche nueva? se iran descubriendo mientras el pasado se desdibuja en un bella melancolía, preciosos versos querida poeta, un abrazo, cariños y estrellas!

 

¡Gracias Ludmila! Enormemente agredecida por tu valoración a mis intentos, pero sobre todo por tu presencia. Abrabesos

 

Gracias Marea Nueva, POR DEJAR TUS HUELLAS AQUÍ, es un honor tu visita. Abrabesos