Carne y arroz

Mientras se construye lentamente,
una lujosa mansión,
de hermosa admiración
hecha del azucar y la sal.


Mientras se levanta la casa,
se pisotea arena y polvo
y los huesos demorados,
se aplastan como nuez en navidad,
sin opinión ni libertad.


Es solo carne y arroz,
vienen del trigo y la muerte,
pero disfrazados de gente,
quemadas del sol.


La mansión todavía crece,
pero creció sin soportes,
no hay varillas ni cemento,
ni paredes de almidón.


Pero no se derrumbará,
porque para eso sirve el pueblo,
no tienen opción
y con fuerza agarrarán.


¡No dejen que se caiga!
Pues esta es su labor,
La culpa la tienen ustedes,
no sus lágrimás y sudor.


-Gabriel Roa