Carta de un adolescente.

Señora, yo persigo su amor como se persigue un sueño,
Que uno sabe que nunca llegará a ser su dueño
Pero aún así, se le persigue y se le ama
Y de usted, señor, quiero más que su cama.

Amarla no es mi juego de adolescente aburrido,
Porque la amo como nunca podrá amar su marido.
Desde la primera vez usted prendió en mi la llama
De una pasión que se esconde detrás de las ramas.

Porque si, señora, me escondo para verla pasar
Cuando todas las tardes usted regresa a su hogar.
No me escondo por temor, no es temor lo que siento
Cuando la veo pasar con cara de aburrimiento.

Pues aunque usted se esconde en su castillo de arena
Mis ojos descubrieron hace mucho su pena.
Porque a usted, señora, le han comprado siempre lo mejor
Mas parece que a alguien se le olvidó el amor.

Cuando usted sonríe es tan falsa su risa
Que se pierde en el viento cuando sopla la brisa.
Usted, que es tan bonita, de cuerpo escultural,
Siempre vive solita en su urna de cristal.

Señora, yo que persigo su amor como se sigue un sueño,
Diera toda mi vida por ser un día su dueño.
Pues mi corazón de hombre la sueña y la ama,
Y de usted señora, quiero más que su cama.

 

Y como siempre a mi me encanta que me leas. Gracias