Cicatrices

Un grito de silencio se acurruca
entre la noche de mis oídos,
se descuelgan los recuerdos de su anillo,
se desangran mis venas entre muelles olvidados.

Miro mar adentro y encuentro:
una tormenta de sonrisas olvidadas,
barcazas hundiéndose
con la profundidad de un beso,
tristezas atmosféricas me rondan
y hurtan las constelaciones,
desde entonces andan
los cetáceos varando
en costas de islas oscuras.

Cae la noche, las sábanas del día.

Yo pronuncio tu nombre
y de mi boca salen cicatrices.

Imagino:
En algún lugar,
otro mundo,
¡otro triste mundo!
seguirán existiendo otras vida
donde tú y yo podamos permanecer
juntos,
intactos,
así tu pelo seguiría
despeinando mis sueños,
tus manos seguirían
colonizando mi pecho,
y tus labios...
¡ay tus labios!

A veces me miro al espejo
y no encuentro más que un agujero,
salto dentro de mí
al foso siniestro del espanto.

Y te miro por última vez,
como si de mis lágrimas
salieran más blancos los pañuelos del adiós.

Estoy sólo, más sólo que nunca,
no hay reposo bajo la Luna,
cabalgan las sombras sobre mis pasos.