Coincidencias

Ruth planeaba sus primeras vacaciones en 15 años. Cuando bajaba de su apartamento para hacer una compras de última hora se encontró en el ascensor con un joven a quien no conocía. Sonrió, intrigada, mientras lo veía de reojo. ¡Le recordaba tanto al protagonista de su última libro! Un chico pobre que al final alcanzaba su sueño de ser escritor. Era tan parecido al personaje de su imaginación que estuvo tentada a preguntarle su nombre. Tal vez también se llamaba Roberto... y se rio de su ocurrencia.

A él Ruth también le pareció familiar. Le recordó a la protagonista de su primera novela, aun inconclusa, cuya vida habría de terminar con un suicidio. Extrañamente inspirado, esa misma noche terminó la última página. Escribió pulcramente su nombre, Roberto Borreo, inmediatamente debajo de la palabra FIN y durmió en paz por primera vez en muchas noches.

A la mañana siguiente todos se preguntaban por qué decidió ahorcarse en su apartamento una escritora tan brillante como Ruth, precisamente cuando planeaba tomar unas vacaciones que había anhelado la mitad de su vida...

 

Que impresionantes coincidencias, amiga. Enorme historia en tan breves lineas. Con toda la maestria que tu sabes manejas. Felicidades por tu inspiracion. Sinceramente: ISABEL

 

Anave, me encantó tu microcuento, le diste el toque adecuado al título. Enhorabuena.
Saludos,
Venator