Conocidos que se desconocen

Soledad es solo una palabra,
el peso de sus realidades son espinas,

que nadie cuestiona,
que por nada se olvidan,

opinan reconociendo sus dolores,
nunca dando espacio al sollozo ajeno,

sangramos desconociendo toda herida,
creemos conocer la fortuna,

entre tintes y cielos que se exprimen,
nadamos con sed,

en un mar que no es bebible,
aspiramos aspereza,

exhalamos la dureza terca,
con la que se entumecen nuestros pulmones,

creemos en lo desconocido,
y no conocemos ni lo que sentimos.