...Cristal...

Sueles ir vestida con el manto cosmogónico
de mis lágrimas dilatadas,
talvez te sirvan para viajar
en tus noches de luna muerta
o en tus sueños constelantes en aquella
brisa de tristeza acendrada...
Recuerdo... aún...
cuando nuestras sombras jugaron en
el empíreo inexistente de
estrellas condensadas,
o cuando llorabas, tus lágrimas
de necrópolis adyacentes a ideales vitalistas,
antelaban tu deseo impetuoso
de morir junto a las malvas...

Aquel era tu cabello...
Y como jugaba con la noche...
y como se ausentaba en la silueta
de aquel halo nocturno...
y como ondulaba en las estrías del invierno...
Así, mi alma me fue raptada
por la hostilidad de tus ojos de eclipse,
de tu piel de otoño,
de tu corazón de noche...
Saca ya, el sol de mi mustia alma,
tritúralo entre tus níveas manos
de dalias crepusculares...
Atinta ya, mi sangre,
con las lluvias rumorosas de
algún remanso ennegrecido...

Es cualquier alberca de soles,
sangre, noche,
musitos nemorosos,
atrias taciturnas
como te recuerdo...
Me recuerdas a tu aliento naufragante en el álgido silencio...
Me recuerdas a tus manos de invierno,
buscando fuerza interna...
Me recuerdas a tí... Cristal...


Dan Zalavarria
26/02/2016

 

Delicia divina de sobresalientes letras emocionantes, bello trabajo brillante.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.