Crónica de un venganza.

Una tarde muy fría,
tal vez en su agonía
poco a poco los gritos cesaron
y fue así que la tierra caía sobre sus manos.

Matarlo fue un placer nada humano,
pero acabar con su vida fue delicioso
acariciar su piel erizada
y ver el terror en sus ojos,
hacían pagar el dolor
que de niña me provoco.

Tarareaba una canción,
la misma que el canto
cuando mi cuerpo desnudo
le provoco pasión.

El asco era esencial
cada vez que lo sentía,
la sangre corría por su mejilla,
las lagrimas que derramó
no eran mas que mentiras.

El cuchillo bajaba
y entre mas cortaba
el cerdo se quejaba
reía de lo dulce de su agonía.

Tome la botella de Martell
que estaba tomando,
mi conciencia la vacío
sobre su cuerpo rasguñado,
Era divertido ver
como el ardor lo hacia revolcarse.

Entonces pensé en acabar
pero primero le quitaría
lo que me quito mi inocencia,
estimule su cuerpo con mi lengua.

El precio de mi inocencia era cara,
y tenia que pagarla
entonces lo castre.

Su tumba esta lista,
lo avente con la esperanza
de que se rompiera un brazo
mas sus gritos no me eran de desagrado.

Entonces tome mi pala
le dije quien era
y por que lo había hecho,
pidió perdón…
pero ese bastardo pago,
su cuerpo enterrado yace hoy.​

 

Buen poema has creado
noto triste y rencor
saludos

edu

 

uyy que venganza,muy fuerte,plasmas en tus versos imagenes duras que se quedan grabadas en la mente con cada palabra de aquella venganza,,,jooo solo espero que sea inspiración jejeje, un saludo desde este rincon, abrazo y felices fiestas


ciel