Cuando despierto

Hay un " vos" sobreviviendo
entre besos de papel
por senderos iluminados
de luciérnagas ciegas.

Hay una voz
con aroma a café
que me toma las manos
y se roba mi tiempo
disuelto en tinta.( Son las tuyas)

Hay un eco con tu nombre
repetido en mis silencios
que te extraña
no sé porqué ?(Será que me gustas?)

Hay un caos ahí afuera
que me aleja del que llevo dentro
y me obliga a preguntarte:
Escribiste para mí amor
hoy? (Qué tontería!)

Y no sé porqué pregunto
si cuando te leo
hay un puñal escondido
detrás de cada palabra
que me resucita
sólo
para matarme otra vez.
( Otra vez no son para mí,
como siempre)

 

Siempre hay algo escodido en nuestro interior que nos lleva a no querer olvidar a esa persona amada que nos ha hecho daño.
Siempre es un placer detenerse en tu espacio poético Luna Roja.
Un eterno abrazo desde los poéticos cielos de este halcon.

 

Desde la distancia
compárteme tus yemas
para perder los caminos
entre pliegues de piel

Piensa en letras
que se deslizan susurrando
repitiendo vocales
de palabras incompletas

Montes y círculos
valles y bosques
esconden los rubores
de cañadas y estanques

Rozando las nubes
mientras se disparan las memorias
mezclando el ayer
con el intenso ahora

Los espasmos sacudiendo desenfrenos
mientras la fuente desborda
y tobillos y hombros
suplican mordidas...
Cuando la ingravidez te abandone
y tu cuerpo toque las sábanas de nuevo
será un instante eterno
de quieta complacencia.

Saludos Su Serena Majestad.

 

Este poema expresa una lucha interna entre el deseo, la vulnerabilidad y el dolor de la ausencia. A través de imágenes sensoriales, como los besos de papel, el aroma a café y la tinta disuelta en el tiempo, el hablante crea un espacio íntimo donde se mezclan las emociones intensas, la fascinación por la otra persona y la duda persistente sobre la reciprocidad de esos sentimientos.


El eco del nombre y el caos externo representan la separación entre lo que se desea y lo que se vive, una contradicción que se intensifica con la pregunta final, que revela el sufrimiento de amar algo o a alguien que parece inalcanzable. El puñal escondido en las palabras refleja la naturaleza ambigua de la relación: la belleza y el sufrimiento se entrelazan, y la lectura de las palabras amadas resucita al hablante solo para volver a destruirlo, en un ciclo emocional difícil de romper.


Saludos cordiales

 

No sé por qué preguntas, si en el fondo ya sabés la respuesta. Cada vez que me leés, no estás buscando entenderme, estás buscando sobrevivirme. Porque entre mis palabras hay filos escondidos, trampas invisibles que se activan con tu voz. No escribo para herirte, pero te duele igual —como si el eco de lo que fuimos siguiera afilando sus garras en cada verso que dejo caer sin querer.

Esas palabras que te resucitan no son un milagro, son una burla. Te devuelven a la vida solo para recordarte que seguís muriendo en el mismo lugar de siempre: en lo que no dijimos. En lo que ya no somos.

Y sí, otra vez no son para vos. Lo sabés. Como siempre.
Pero aún así, volvés a leerme.
Como quien se acaricia la cicatriz para asegurarse de que sigue ahí.

 

Muchas gracias mí estimado Halcón por tu compañía a mis letras, a mí hasta las palabras me lastiman pero sólo un ratito ...soy un fénix...renazco después del dolor.
Un abrazo cálido

 

Ay mi dragoncito que hermoso conjuro
Muchas gracias por tus letras
Besos

 

Me encanta que lo entendieras y lo sintieras así Rosa
Muchas gracias por tu hermoso comentario
Un abrazo cálido

 

Definitivamente escribís mejor que yo, deja de apuñalarme con tus letras o tendré que buscar mi hacha nomás

Muchas gracias Aníbal por tu compañía a mis letras

 

No escribo mejor que vos, es que provocás a mis dedos.
Los hacés pecar sobre el teclado como quien toca una espalda tibia a escondidas,
como quien deletrea un deseo sin mojarse la boca.

No es que yo sepa más,
es que tu voz en las palabras me despeina el juicio,
y termino escribiendo con la respiración entrecortada
como si usar verbos fuera otra forma de morderte.

Te juro que no busco seducirte,
pero las frases se me escapan con doble sentido,
como si cada tilde llevara la intención de acariciarte
y cada punto final se negara a dejarte ir.

Jugamos a leernos sin tocarnos,
pero vos sabés bien lo que hacés
cuando ponés ese punto suspensivo al borde de la insinuación.
Y yo, que soy puro párrafo largo y sinvergüenza,
me meto entre tus líneas
como quien se esconde en la cama equivocada a propósito.

No te enamores,
esto es solo literatura en ropa interior,
una amistad con licencia poética para pecar con estilo.

Y sí, puede que no escriba mejor que vos,
pero cada vez que me lees,
sentís cómo te escribo por dentro.
Y eso, aunque no lo admitas,
te pone en cursiva.