Cuando quieras encontrarme

Premiado en esta, mi vida,
por hoy tenerte a mi lado,
muchas cosas he dejado,
muchas cosas dejaría.

No sé, quién más ha dejado,
porque somos diferentes.
Tú te ocupas del presente,
yo me ocupo del pasado.

Ganar y perder no ha sido
un problema en esta historia;
los dos estamos ganando
un pedacito de gloria.

Muy juntos hemos estado
en este mundo intranquilo;
también hemos peleado
para tener dos motivos.

¿El final? Ya poco importa…
Nada cambia lo vivido:
haciendo la misma historia;
escribiendo el mismo libro.

Mañana, en otro mundo,
cuando quieras encontrarme,
yo estaré, sí, con Virgilio,
conversando sobre Dante…

Frank Calle (10/ agosto/ 2021)

 

Qué otra cosa somos si no una recopilación de cápsulas del pasado. Haces bien al tener una cómplice anclada al presente. Un abrazo, Frank.

Me sigue gustando tu chaqueta.

 

Gracias good... Tengo esqueleto de historiador, pero me dediqué a la ingeniería. Al final, la vida nos tira para donde no le dimos la posibilidad, jugando en otras lides.
La chaqueta tiene su historia. En el año 2ooo, la delegación deportiva cubana que viajó a la Olimpiada de Sydney, con más de 200 atletas y decenas de técnicos y federativos de todos los deportes, llevó un bonito vestuario de gala, que incluía la chaqueta roja. Casi en paralelo, se celebraría en Turkía la Olimpíada Mundial de Ajedrez, a la cual yo debía asistir, porque en paralelo se desarrollaría el correspondiente Congreso de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) y por entonces yo era funcionario de la Federación Cubana, como Secretario de la FCA, y miembro del Comité de Informática de la FIDE. Por tanto, me correspondía hacer las respectivas presentaciones de nuevos títulos Internacionales en ese Congreso. También por esa época era además, el Vicerrector del Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez (ISLA), y a nivel de Congreso debía establecer contactos con los miembros que atienden el ajedrez en las escuelas, dentro del ámbito de la FIDE.
Al final, por razones bien complicadas, se limitó la delegación cubana solo a los ajedrecistas que representaban al país, con el Presidente de la Federación al frente, que además lo era para el área del Caribe.
En definitiva, con esa chaqueta recibí, en el 2010, mi título de Doctor en Ciencias Pedagógicas, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.
En resumen, ya tiene 22 años, y se mantiene como nueva. Pero ahora me representa, como ya ves, ante el mundo literario.

Un abrazo,

Frank
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Verdaderamente genial.
Como historiador podrías engrosar ese fascinante currículo.
Otro abrazo, y muchas gracias.